Fidel Castro |
Realmente eran dos preguntas las que hizo el periodista a Fidel: (1) ¿Cuánta validez tiene el modelo cubano? y (2) ¿debe exportarse ese modelo? La segunda llevaba implícita una vieja acusación, de que Cuba exporta la revolución y el comunismo. Para Fidel le hubiera sido fácil contestar sólo esa segunda pregunta, y responder que el modelo no debía exportarse, pero aprovechó con mucha sinceridad y auto-crítica, para comentar sobre la ineficacia del mismo modelo de su propio gobierno.
El diez de setiembre, en la Universidad de la Habana, Fidel respondió al artículo, afirmando que Goldberg había tomado esa respuesta fuera de contexto y que realmente es el capitalismo que está en crisis y no funciona, mucho menos para exportarse con intervencionismo a otros países. A ese discurso de Fidel, Goldberg respondió con un artículo insultantes con el título, "Fidel intenta salir del apuro". Con una respuesta muy dogmática y pedante, dirigida personalmente a Fidel, el periodista responde, "Lamento tener que decirlo, pero creo que la expresión 'el modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros' significa 'el modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros'." O sea, las palabras significan lo que significan y el texto dice lo que dice, ¡y punto! Así de claro y sencillo.
Como periodista profesional, el Sr. Goldberg debe de haber estudiado la lingüística, la hermenéutica y otras ciencias de la comunicación. Un axioma de la lingüística afirma que las palabras mismas no "dicen" nada ni significan nada hasta que una persona no las lea y las interprete. Ahí está la gran falacia de la respuesta tan simplista del Sr. Goldberg. Sería como decir "'Yo soy el que soy' significa 'yo soy el que soy'", o que "'Dios es amor' significa 'Dios es amor'". Esas frases "significan" cosas muy distintas, hasta contradictorias, para diferentes personas. De las palabras de cualquier afirmación, hay tantas maneras de malentenderlas como de entenderlas. Con su respuesta a Fidel, aparentemente tan contundente, Goldberg dejó expuesta su propia ingenuidad o, si sabía mejor, su mala fe y oportunismo.
Fidel insistió en que sus palabras debían interpretarse en el contexto de la pregunta a que respondían. La pregunta esencial era exportar o no exportar el modelo cubano, y su reconocimiento de la ineficacia del actual modelo entró como razón de no pretender exportarlo. No era una declaración oficial en algún discurso formal o una publicación del gobierno. Era una respuesta muy espontánea a una pregunta en una conversación entre dos personas. Obviamente tuvo una gran dosis de ironía y hipérbole, como es típico en conversaciones animadas. El periodista no tuvo la menor sensibilidad a todo ese complejo contexto de las palabras de Castro.
Otro error en la fórmula simplista de Goldberg es la ambigüedad del término clave, "modelo cubano", que no se entiende sin una aclaración hermenéutica. Las palabras mismas no nos "dicen" que puede significar eso. Es evidente que el periodista no se esfuerza por interpretar esa frase como lo entendía Fidel mismo en su respuesta. Goldberg y muchos periodistas parecen haberlo entendido como el socialismo, que ahora, según el mismo Fidel Castro, no sirve. Fidel parece estarlo entendiendo como una de las tantas variantes del socialismo, junto con el modelo soviético, el modelo sandinista de los 80s, y ahora el modelo chino, que parece interesar mucho a Raul Castro y el actual gobierno de Cuba. La misma Cuba ha aplicado diferentes "modelos" en su historia revolucionaria. Así entendidas, las palabras de Fidel no ponen en duda ni el socialismo ni la revolución, pero implícitamente, a otro nivel hermenéutico, sí al capitalismo y al socialismo.
El actual modelo cubano, dice Fidel, en vez de exportarse debe reformarse. Esa noticia debe alegrar a los críticos de Cuba y despertar esperanzas de cambios positivos, de los que hay muchas señales. Y por supuesto, Cuba seguirá "exportando" médicos, maestros, y agrónomos y entrenando futuros doctores en su Escuela Internacional de Medicina en la Habana. Eso también es una buena noticia que debe alegrar todos.
Otro factor hermenéutico a tomar en cuenta es el sector (o los sectores) del público nacional e internacional en quienes pensaba Fidel al hacer su comentario. Es probable que en parte tuviera en mente el mismo pueblo cubano y sobre todo los líderes de línea dura, opuestos a las reformas. El significado del mensaje sería totalmente diferente para líderes de países capitalistas y anticomunistas. En la dinámica de la comunicación, el receptor/a pone una gran cuota del significado al descodificar el mensaje.
Como cristiano, creo que el socialismo democrático (realmente socialista, realmente democrático) es el sistema socio-económico hoy que mejor corresponde a la visión bíblica de la sociedad y la economía. ¿Dónde existe una democracia real? En EUA definitivamente que no, ni en Costa Rica y los demás países capitalistas del hemisferio, que no son democracias sino plutocracias seudo-democráticas electoreras. Son gobiernos de los ricos, por los ricos y para los ricos. En cuanto a la justicia económica, y a pesar de todos los pesares, Cuba está entre los mejores, si no el mejor país de todo el continente americano.
Pues ¡Adelante Cuba! Que hagan los ajustes necesarios al modelo, que lo afinen todo lo necesario, pero que jamás vuelva a caer en el capitalismo. Y que todos nuestros países avancen hacia una democracia más justa e igualitaria.
Notas:
(1)Fue típico el titular de un artículo de Reuter (New York Times, 8 set. 2010), "Modelo económico comunista pierde un defensor férreo", y del Washington Post (9 set.), "¿Se ha vuelto capitalista Fidel Castro?".
(2)El título, en un inglés muy vernáculo y sarcástico, reza "Fidel tries to wiggle out of one". Es un argumento ad hominem y una burla evidente.
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