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lunes, 2 de junio de 2025

Unidad sin uniformidad: Lo que Nicea puede enseñarnos sobre comunión hoy | Por Bernabé

Un concilio convocado por la unidad

El Concilio de Nicea no fue solo una reunión para definir fórmulas doctrinales. Fue, ante todo, un intento pastoral de mantener la unidad de la Iglesia en medio de profundas tensiones. La crisis arriana no era una mera disputa filosófica, sino una fractura real entre comunidades que confesaban a Cristo, pero comenzaban a entenderlo de maneras incompatibles.

Constantino, aunque motivado también por razones políticas, comprendía que una Iglesia dividida era una amenaza para la cohesión del imperio. Sin embargo, más allá de los intereses del emperador, los obispos reunidos en Nicea buscaban un consenso que hiciera justicia al testimonio apostólico y a la vida común de la Iglesia.

La unidad que buscaban no era una uniformidad impuesta, sino una comunión articulada en torno a la verdad revelada. Nicea es, por tanto, un llamado a la unidad en la fe que respeta la diversidad de culturas, contextos y expresiones eclesiales.

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La tentación de la uniformidad

A lo largo de la historia, la búsqueda de unidad ha caído muchas veces en el error de exigir uniformidad. Las mismas fórmulas que surgieron para preservar la fe se han convertido, en ocasiones, en mecanismos de exclusión. Lo que fue formulado en Nicea para proteger el misterio de Cristo, ha sido usado, siglos después, para marginar voces que no encajaban en moldes hegemónicos.

La historia de la Iglesia —especialmente en contextos coloniales y patriarcales— nos recuerda que la unidad que no acoge la diversidad se convierte en un proyecto de control, no de comunión. La verdadera unidad de la Iglesia no es un monolito, sino una sinfonía de voces que confiesan un mismo evangelio en distintas lenguas y melodías.

Comunión en el desacuerdo 

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Nicea no resolvió todas las tensiones de la Iglesia del siglo IV. El arrianismo continuó por décadas. Hubo exilios, disputas, manipulaciones políticas. Pero a pesar de sus sombras, el Concilio marcó un modelo de discernimiento eclesial en comunidad: debatir, escuchar, confrontar, orar, decidir.

La comunión no exige pensar igual en todo, sino confesar a un mismo Señor. El Evangelio de Juan recuerda que Jesús ora para que sus discípulos “sean uno” (Jn 17:21), no para que sean idénticos. La unidad cristiana no es imposición, sino un don del Espíritu que nos llama a caminar juntos, aun en medio de nuestras diferencias.

Hoy, en un mundo eclesial fragmentado por ideologías, estilos de adoración y posturas teológicas, el modelo de Nicea sigue interpelando: ¿podemos dialogar sin anularnos?, ¿discernir juntos sin dividirnos?, ¿buscar la verdad sin imponerla?

Nicea como horizonte ecuménico

En el siglo XX, el movimiento ecuménico recuperó el valor del Credo Niceno como espacio de convergencia entre tradiciones divididas. Iglesias católicas, ortodoxas y muchas protestantes reconocen en la confesión de Nicea un suelo común. Esto no significa que se haya superado todo conflicto, pero sí que hay una memoria compartida capaz de abrir caminos hacia la reconciliación.

Como recuerda el teólogo ortodoxo John Zizioulas, la comunión trinitaria es el modelo para la vida eclesial: unidad en la diversidad, amor en la diferencia, libertad en la verdad. Volver a Nicea es también abrazar esa visión.

Para nuestra América Latina

En nuestras comunidades latinoamericanas, marcadas por el pluralismo religioso, la historia colonial y la desigualdad estructural, hablar de unidad cristiana puede sonar ingenuo o incluso peligroso. Pero el desafío de la comunión sigue vigente. No como uniformidad cultural o litúrgica, sino como unidad misionera en el seguimiento de Jesús.

La Misión Integral, nacida en esta tierra, lo recuerda con fuerza: no hay evangelio sin justicia, ni comunión sin dignidad. Nicea nos inspira a buscar una unidad enraizada en la verdad del Evangelio, pero abierta a las voces, los acentos y las luchas de nuestros pueblos.

Referencias
  • John Zizioulas, Being as Communion: Studies in Personhood and the Church.
  • Veli-Matti Kärkkäinen, An Introduction to Ecclesiology: Ecumenical, Historical & Global Perspectives.
  • Karl Rahner, Escritos de Teología, Tomo I.
  • New Advent – Catholic Encyclopedia: First Council of Nicaea

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