Homenaje a Gustavo Gutiérrez: Un pilar de la teología de la liberación | Por Bernabé

Gustavo Gutiérrez, 1928 - 2024. Imagen generada con IA

El 22 de octubre de 2024, el mundo perdió a una de sus voces más poderosas en la lucha por la justicia social y la dignidad humana: Gustavo Gutiérrez. A sus 96 años, este teólogo peruano dejó un legado imborrable como fundador de la Teología de la Liberación, un movimiento que ha transformado la manera en que entendemos la fe cristiana en el contexto de la pobreza y la opresión.

Gutiérrez fue un faro de esperanza para muchos en América Latina y más allá, abogando por un cristianismo que no solo proclama la salvación espiritual, sino que también se compromete activamente con la justicia social. Su obra "Teología de la liberación", publicada en 1971, marcó un hito al proponer que la lucha contra la pobreza es una respuesta esencial a la voluntad de Dios.

En sus propias palabras, Gutiérrez nos desafió a mirar más allá de las estructuras sociales injustas que marginan a los pobres y a actuar en consecuencia. Algunas de sus frases célebres resuenan hoy con una claridad renovada, recordándonos la urgencia de su mensaje:

“La teología es una reflexión sobre la fe y la fe lo que tiene que hacer es movilizar a las personas para cambiar.”

“En este mundo de información, de técnica, el pobre está marginado del circuito económico.”

“Ser cristiano es ser testigo de la resurrección de Jesús, y significa también superar la pobreza, que es muerte, algo inhumano, contrario a la voluntad de Dios. Si la pobreza es contraria a la voluntad de vida de Dios, luchar contra la pobreza es una forma de decirle sí al reino de Dios.”

“La mayor violencia es la pobreza.”

“Sólo quiero que los que no tienen voz la tengan. Ellos solos no cambiarán la historia, pero mirándolos a ellos cambia todo.”

“No tardaremos una semana, eso es seguro, pero lo importante es cambiar la perspectiva, abrir el campo.”

“La teología no es escribir un libro y ganar un premio. Mi teología es un servicio, una hermenéutica de la esperanza, es saber qué razones hay para esperar.”

Su vida fue un testimonio de la acción pastoral y el compromiso social. Gutiérrez no solo se dedicó a la reflexión teológica, sino que también trabajó en comunidades, ofreciendo su conocimiento y su voz a los más vulnerables. Su enfoque integral de la teología, que aboga por una fe activa y comprometida, ha inspirado a muchos a luchar por un mundo más justo.

Gustavo Gutiérrez nos deja un legado que va más allá de su obra escrita; nos invita a ser agentes de cambio, a ser la voz de aquellos que no tienen voz, y a luchar contra las injusticias que perpetúan la pobreza. En este momento de dolor por su partida, recordamos sus enseñanzas y nos comprometemos a continuar su misión.

Descanse en paz, Gustavo Gutiérrez. Su legado vivirá en aquellos que se esfuerzan por construir un mundo donde la dignidad humana y la justicia prevalezcan.

 

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Sobre el autor: 

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