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Según Lucas, Jesús no sólo practicó en palabra y en hecho la misión hacia el hogar, sino que también la enseño a sus 72 discípulos enviados para evangelizar hogares al decir: “bendigan la casa, beban y coman cualquier cosa que ellos les sirvan” (Lucas 10). Jesús les dice a sus mensajeros que entren en las casas, traigan la salvación a estas, y se queden allí para desarrollar un compañerismo alrededor de la mesa. En los Hechos encontramos un paralelo con Lucas cuando encontramos a Cornelio (10:1-11:18), Lidia (16:11-15), el carcelero Romano (16:25-34), y Crispo (18:1-11) quienes son cuatro convertidos, cabezas de familia, y son convertidos con toda su casa como un ejemplo de plantación de iglesias. Esta estrategia misionera ayudó en el crecimiento de la iglesia primitiva, y presenta la conversión y el discipulado ocurriendo en los hogares.
En los Hechos, el soldado romano Cornelio fue el primer temeroso de Dios y Gentil convertido. Lidia, una rica comerciante romana y mujer gentil, se vuelve la segunda temerosa de Dios y la primera convertida en tierra Europea. El carcelero romano se vuelve el primer convertido pagano en los Hechos y el primer pagano con quien Pablo y Silas comen. Finalmente se convierte Crispo, que era el presidente de la sinagoga en Corinto -. Esto nos muestra ejemplos de cómo la casa u hogar reemplaza la sinagoga como un lugar de culto para los primeros cristianos, y de esta manera la hospitalidad mediterránea abre su puerta cultural para la salvación. El modelo literario de convertir hogares se vuelve un vehículo para la visión teológica de Lucas sobre la salvación universal. Así, el objeto de conversión no es el individuo sino todo el hogar-casa.
Esto muestra un desarrollo de una red estratégica de iglesia-hogar a lo largo del Imperio romano. Otra observación interesante es la inclusividad del evangelio que no sólo trae compañerismo alrededor de una mesa a temerosos y temerosas de Dios, sino también a paganos. A través de un ritual de iniciación (bautismo) la salvación entró para todos en el hogar, demostrando en Lucas-Hechos que las historias de la conversión parecen ser sobre inicios, no simplemente de conversiones instantáneas.
En los Hechos (10:48; 16:15a; 18:8), el bautismo marca la aceptación de la salvación en el hogar. La conversión en Lucas-Hechos se vuelve una manera de sacramentalizar la atmósfera para toda familia y comunidad donde la conversión parece no ser una cuestión de preocupación individualista, sino una experiencia comunal. La conversión tiene lugar primero compartiendo y dialogando, y luego participando y perteneciendo. Esto se ilustra en el principio de salvación de Lucas: salvación del judío y gentil a través de un compañerismo alrededor de la mesa.
De esta manera para Lucas, la casa u hogar se vuelve un espacio íntimo para la hospitalidad y diálogo de la fe. Lucas toma esta estrategia misionológica del propio Jesús. Así, Jesús aparece como el misionero ejemplar para el hogar. Y en la intimidad de la casa particular, el hogar se convierte en un lugar para sanar, para enseñar, y comer, así como un lugar también para el conflicto y división. Él envía a sus mensajeros a los hogares (Lucas 9:1-6; 10:1-16), anticipando así el papel que el hogar habría de tener para las primeras comunidades cristianas en el libro de los Hechos. En ciertos pasajes Lucas incluso muestra un interés especial en el hogar como esa esfera simbólica de salvación y sanidad, lugar de restauración (15:6, 8, 25) justificación (18:9-14), y holismo (8:39). No obstante, la familia aparece a menudo en Lucas como un obstáculo para la evangelización (9:59-62; 14:20,26; 18:28-29) en lugar de objeto de evangelización como en los Hechos. En efecto esta tensión presenta al evangelio con una recepción mixta en el hogar, quizás semejante a el de la sinagoga (Lucas 4:16-30; Hechos 13:44s52; 14:1-2; 17:4-5; 19:9; 28:24).
Tal y como podemos notar Lucas no se enfoca en historias de conversión aisladas, sino que presenta la conversión como salvación que llega a un contexto comunal de hospitalidad y compañerismo. Así que cuando hablemos de una estrategia evangelística y discipuladora del Nuevo Testamento, leamos bien el texto bíblico. Debemos reconocer que ya es hora de fortalecer a las familias, no solo con charlas, conferencias, y retiros, sino también devolviéndoles la responsabilidad del estudio de las Escrituras, del compañerismo, de la hospitalidad, del evangelismo, y el discipulado.
Sobre el autor:
El Dr. Osías Segura es un misionólogo costarricense. Osías, después de cinco años de enseñanza en el Seminario ESEPA en Costa Rica, se trasladó a California donde fue profesor del Seminario Teológico Fuller. En la actualidad está radicado en Nicaragua como misionero de la General Board of Global Ministries.
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