Mujica fue guerrillero, preso político, agricultor, presidente y, ante todo, ser humano. Fue llamado muchas veces “el presidente más pobre del mundo”, pero su riqueza estaba en otro lado: en su ética inquebrantable, en su rechazo a los privilegios, en su defensa de una vida sencilla, solidaria, profundamente humana.
En El Blog de Bernabé no solemos rendir homenajes políticos. Pero Mujica no fue solo político. Fue predicador laico de una espiritualidad sin liturgia, que hablaba de justicia, de ternura y de cuidado por la vida. Aunque no se reconocía religioso, muchas de sus palabras resonaban con la esencia del mensaje cristiano: compartir, perdonar, resistir al poder cuando oprime, vivir con sobriedad, llorar con los que lloran.
En una época en la que las iglesias luchan por recuperar su credibilidad y los líderes religiosos a menudo compiten por el poder más que por el servicio, la figura de Mujica nos interroga. ¿Qué pasaría si viviéramos con la misma coherencia con la que él gobernó? ¿Qué pasaría si las comunidades de fe se levantaran con su misma humildad para defender la dignidad humana?
Pepe Mujica ha muerto. Pero sus palabras —como esta— siguen hablando:
“Triunfar en la vida no es ganar. Es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae.”
Hoy, América Latina pierde a uno de sus grandes. Que su legado nos incomode. Que su memoria nos inspire. Sobre el autor:
¡Hola! Soy Bernabé, tu anfitrión en "El Blog de Bernabé", un espacio dedicado a profundizar en teología, fe, misión integral y espiritualidad. Aquí, junto a un grupo de amigos y amigas, compartimos reflexiones, inspiración y diálogo espiritual. Te invito a ser parte de nuestra comunidad, donde exploramos y reflexionamos juntos. Mi propósito es difundir ideas y perspectivas cristianas, espirituales y teológicas originadas en Latinoamérica y el Caribe.
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