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lunes, 29 de enero de 2024

La sociedad de la nieve, es también una sociedad teológica | Por Alexander Cabezas

La película actual, "La sociedad de las nieve", basada en el libro del escritor Pablo Vierci, me recuerda la historia que por décadas me ha cautivado y que cada cierto tiempo vuelvo a repasar.

Es un grupo de personas, en su gran mayoría jóvenes universitarios uruguayos que, ante la catástrofe del avión que se estrella en la cordillera de los Andes rumbo a Chile, elige luchar por sus vidas para escapar de ese "gélido infierno".

Según leí, se han escrito aproximadamente 26 libros al respecto (EL PAÍS, 2022). Sobresale la actitud humilde de los sobrevivientes, quienes nunca se percibieron como héroes. Más bien, uno de los protagonistas, Nando Parrado, describe la experiencia como "un milagro de fe y coraje" (Aguiló, 2007).

De ser un milagro, algo que en lo personal lo creo, nos abre una veta teológica para el análisis de muchos elementos que, nos lleva a concluir, para los teístas, que si no hubiese sido por la intervención divina, ¡esta historia hubiese sido otra!

Para ello, es necesario ver la película desde esa percepción: un pedazo del fuselaje que sirvió de refugio, el lugar donde cayó el avión, el alud que los sepultó y los protegió, entre otros, muestran la providencia de Dios. Y hay más, el mismo instinto humano de sobrevivencia como manifestación del diseño divino, la fe, la esperanza, la ética en la toma de decisiones en situaciones extremas, la solidaridad y la comunidad, así como la búsqueda y significado de la vida, lo cual envuelven esta trama más allá de la mera casualidad cotidiana.

Por supuesto, cada sobreviviente tendrá su versión de los hechos y su experiencia personal y espiritual, aunque hasta donde he alcanzado a leer, ninguno de los rescatados negó de Dios y se inclinaron por reconocerlo en su vivencia diaria durante esos 72 días. En mi caso, me nutro de la historia para sacar mis propias conclusiones.

Lo cierto es que, en medio de la desesperación, los sobrevivientes encontraron fortaleza en la esperanza y la fe como un resultado positivo. Al respecto, Viktor Frankl (1991), otro sobreviviente, pero del Holocausto nazi, resume su experiencia de fe de esta forma: 

La experiencia final para el hombre que vuelve a su hogar es la maravillosa sensación de que, después de todo lo que ha sufrido, ya no hay nada a lo que tenga que temer, excepto a su Dios" (p. 97). 


La referencia al temor hacia Dios agrega una dimensión espiritual a la reflexión de Frankl. En lugar de ver la relación con Dios como una fuente adicional de temor, podría interpretarse como un recordatorio de la importancia de la espiritualidad y la conexión con valores más elevados en la búsqueda de sentido y propósito en la vida, así como los rescatados de los Andes tuvieron que asimilarlo.

La transformación que ocurre en aquellos que han enfrentado sufrimientos extremos y han logrado superarlos. La sugerencia de que la única fuente de temor restante es la relación con Dios, subraya la importancia de la espiritualidad como una fuente potencial de fortaleza y consuelo en tiempos difíciles. Incluso en las adversidades más oscuras, la creencia en la providencia de Dios proporciona consuelo y dirección, incluso para nosotros que no hemos tenido que vivir circunstancias tan extremas.

Entonces, el milagro de los Andes ofrece un escenario amplio de lecciones aprendidas que debemos revisar.

Me conmovió ver otra entrevista en uno de los tantos vídeos que no preciso recordar, donde Nando Parrada comentaba que una vez lo invitaron a hablar sobre su experiencia de esta tragedia y él simplemente contó los hechos, según sus palabras, al final, una mujer se le acercó llorando y le confesó que su relato le produjo fe para seguir viviendo. Años atrás, contaba la abatida mujer, tratando de sacar su carro de la cochera, atropelló y murió su pequeño hijo. Algo que no lograba superar en el transcurso del tiempo, pero escuchar el testimonio de sobrevivencia la llevó a la conclusión de que debía seguir luchando.

¿Acaso las Buenas Nuevas de Salvación no consisten precisamente en dar aliento, fe y esperanza a las almas agobiadas y atormentadas como esta y otras personas que se han vuelto a reencontrar consigo mismo y con Dios?

Fuentes:
 

Sobre el autor:

Alexander Cabezas Mora es costarricense, master en Liderazgo Cristiano y en Teología. Se ha desempeñado como conferencista, pastor adjunto, profesor de varios seminarios teológicos y consultor en materia de niñez y adolescencia para varias organizaciones internacionales. A participado como escritor y coescritor en varios libros entre ellos, Huellas, Spiro, Entre los Límites y los Derechos, Disciplina de la Niñez, En sus manos y nuestras manos, la co-participación de la niñez y la adolescencia en la misión de Dios y Oración con los ojos abiertos.

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