Un día Dios se enfermó de cáncer
Comenzó a adelgazar
Rápidamente
Ojeras
Voz pastosa
Y nadie lo visitaba
En la sala del hospital público
Esa sala fría y alta
Con camas metálicas
De un blanco que algún día fue
Dios miraba
A sus compañeros de sala
Todos enfermos del mismo infierno
Todos lejanos
Cercanos a la muerte
Llenos de dolores
Como Él
Pero en su mayoría acompañados
Dios en cambio
Solo
En una ocasión
Despertó justo a media noche
Y como nunca
Pensó inéditamente
En la muerte
Su muerte
Pero no redentora
No muerte simbólica
No muerte mítica ni cósmica
Sino una muerte
Como de esas que abundan
Una muerte solitaria
Fría
Triste y vacía
Una muerte absurda
Tragó saliva
Miró por la ventana
Y vio un aromo florecido
Cerró los ojos
Respiró profundo
Y lloró.
© Luis Cruz Villalobos, 2011. Poema N°4 del poemario "Dios Mendigo / Teografías".
Sobre el autor:
Luis Cruz Villalobos, chileno, es Ministro Presbiteriano, miembro de la Fraternidad Teológica Latinoamericana. Es Psicólogo Clínico doctorándose en Teología. Director del Centro de Investigación de Resiliencia y Espiritualidad (CIRES) .
Sigue a Luis Cruz Villalobos en Twitter
Sitio web de Luis: Centro de Investigación de Resiliencia y Espiritualidad
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