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martes, 8 de julio de 2025

Nicea para nuestra América Latina: herencia, colonialidad y horizonte de comunión | Por Bernabé

El legado del Concilio de Nicea no es propiedad exclusiva de Europa. También en América Latina, donde la fe cristiana llegó entrelazada con la espada y la cruz, el eco de Nicea resuena. Pero ¿cómo escucharlo desde nuestras luchas por la justicia, la dignidad y la descolonización? ¿Puede la confesión de fe del siglo IV iluminar los desafíos de un continente marcado por la desigualdad, la violencia y la esperanza colectiva?

LEE LA SERIE DE ARTÍCULOS "EL ECO DE NICEA: UNA SERIE PARA NUESTRO TIEMPO" 

La fe nicena en territorios heridos por la colonización

Cuando el cristianismo llegó a América Latina, no lo hizo como semilla que germina en tierra fértil, sino muchas veces como imposición cultural. La fe proclamada en Nicea —que confiesa a Jesucristo como verdadero Dios y verdadero hombre— fue empaquetada junto con estructuras de dominación económica, política y religiosa.

Muchos pueblos originarios fueron obligados a abrazar esta fe, pero la historia también muestra cómo, desde abajo, mujeres y hombres latinoamericanos supieron hacer suya esta confesión, resignificándola desde su realidad. Como afirma Gustavo Gutiérrez, la teología no puede desentenderse de la historia de opresión ni de la esperanza de liberación (1). Él mismo expresa:

“Sólo quiero que los que no tienen voz la tengan. Ellos solos no cambiarán la historia, pero mirándolos a ellos cambia todo.”

Desde esta perspectiva, Nicea no es solo un acontecimiento lejano, sino un llamado a escuchar las voces silenciadas y a confesar la fe desde la historia concreta de nuestros pueblos.


Jesús, el Dios con nosotros, en las periferias de América Latina

El Credo de Nicea afirma que Jesús es “Dios de Dios, luz de luz”, pero también que “por nosotros los seres humanos y por nuestra salvación bajó del cielo”. Elsa Támez nos recuerda que la Cristología latinoamericana no puede quedarse en fórmulas abstractas, sino que debe encontrar al Cristo vivo en los sufrimientos concretos de nuestros pueblos.

En Contra toda condena, Támez plantea una teología que escuche a los excluidos y reconozca que la justificación por la fe tiene consecuencias liberadoras (2). Desde nuestras periferias, la pregunta no es solo “¿quién es Jesús?”, sino “¿dónde está Jesús?”. Y la respuesta de la fe nicena nos impulsa a reconocerlo en quienes luchan por pan, tierra, techo y libertad. Así, la cristología de Nicea se convierte en misión solidaria.

Descolonizar la fe sin romper la comunión
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La teóloga postcolonial Kwok Pui-lan advierte que el cristianismo necesita un proceso continuo de descolonización: un ejercicio de memoria crítica frente a las estructuras de poder que lo acompañaron históricamente (3). En Postcolonial Imagination and Feminist Theology, Kwok señala cómo el cristianismo ha sido moldeado por imperios y debe aprender a imaginarse desde otras realidades.

Para América Latina, eso implica mirar a Nicea no como una camisa de fuerza, sino como una herencia que puede dialogar con nuestras búsquedas por autonomía cultural, espiritual y política.

Descolonizar la fe no significa rechazar el legado niceno, sino liberarlo de sus ataduras coloniales. Significa preguntarnos cómo esa confesión puede ser buena noticia para nuestros pueblos hoy. No se trata de romper la comunión con la Iglesia universal, sino de enriquecerla desde nuestra experiencia histórica concreta.

Hacia un horizonte de comunión, justicia y paz

En el siglo IV, Nicea buscó preservar la unidad de la fe frente a divisiones internas. En el siglo XXI, desde América Latina, el desafío es construir una unidad que abrace la diversidad cultural y las luchas por la justicia. La comunión que anhelamos no es uniformidad, sino un encuentro reconciliado entre distintos pueblos, historias y voces.

Por eso, Nicea sigue teniendo sentido: nos recuerda que nuestra fe común en Jesucristo nos llama a construir comunidades donde la dignidad humana sea respetada y el amor de Dios sea visible en relaciones justas y solidarias.

El eco de Nicea sigue presente: ¿cómo lo escuchas tú en tu realidad?

Referencias

(1) Gutiérrez, Gustavo. Teología de la liberación. Sígueme, 2022.

(2) Támez, Elsa. Contra toda condena: La justificación por la fe desde los excluidos. Internet Archive.

(3) Kwok, Pui-lan. Postcolonial Imagination and Feminist Theology. Westminster John Knox Press, 2021.

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Sobre el autor: 

¡Hola! Soy Bernabé, tu anfitrión en "El Blog de Bernabé", un espacio dedicado a profundizar en teología, fe, misión integral y espiritualidad. Aquí, junto a un grupo de amigos y amigas, compartimos reflexiones, inspiración y diálogo espiritual. Te invito a ser parte de nuestra comunidad, donde exploramos y reflexionamos juntos. Mi propósito es difundir ideas y perspectivas cristianas, espirituales y teológicas originadas en Latinoamérica y el Caribe.

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