La Biblia: un libro que nos lee

Aula Abierta – La teología que se estudia (y se vive)

Comienza aquí Aula Abierta, una nueva serie de El Blog de Bernabé que te invita a recorrer, paso a paso, las materias que se enseñan en un seminario teológico. No para acumular teoría, sino para aprender a vivir la fe con profundidad y mente despierta.

Un seminario abierto al mundo

Recuerdo el primer día que crucé la puerta de un seminario teológico. El profesor entró al aula con una Biblia envejecida por los años, la dejó sobre la mesa y dijo: “Este libro te leerá más de lo que tú lo leas.” Aquella frase se me quedó grabada. No solo porque era una advertencia, sino porque revelaba el corazón del estudio teológico: no se trata de dominar la Palabra, sino de dejarnos formar por ella.

Hoy, esa misma convicción inspira esta nueva serie de El Blog de Bernabé: Aula Abierta – La teología que se estudia (y se vive). Durante los próximos meses recorreremos las materias que se enseñan en un seminario teológico: Biblia, teología, historia, ética, misión, pastoral… pero contadas desde la experiencia, la vida cotidiana y la pasión por aprender. No buscamos reemplazar una formación académica, sino abrir las puertas del aula al público general. Mostrar que estudiar teología no es un privilegio reservado para unos pocos, sino un camino disponible para toda persona que ama a Dios y desea comprender su fe con profundidad.

Queremos que esta serie sea un espacio para pensar la fe, amar el conocimiento y recuperar el asombro. Si alguna vez sentiste curiosidad por lo que se enseña en un seminario, o simplemente anhelas entender mejor la Biblia, esta serie es para ti.

El punto de partida: la Biblia

En todo seminario, el viaje comienza con una materia que lo cambia todo: Introducción a la Biblia. No se empieza por los dogmas ni por la historia de la Iglesia, sino por la fuente. Por ese libro —o más bien, esa biblioteca— que ha alimentado la fe de generaciones y sigue interrogando la nuestra.

Estudiar la Biblia no es solo leerla; es aprender a escucharla. Y escucharla no es un acto pasivo, sino una conversación viva entre Dios, su pueblo y nosotros. Por eso decimos que la Biblia no es un libro que se lee, sino un libro que nos lee. Nos revela nuestros miedos, contradicciones y esperanzas más hondas. Nos expone y nos sana. Y en ese proceso, nos enseña que la revelación de Dios no cayó del cielo lista y encuadernada, sino que nació en la historia, entre desiertos, exilios, cánticos, cartas y comunidades que buscaban sentido.

Portada del libro

Introducción al Antiguo Testamento

ntroducción al Antiguo Testamento de John Drane (Editorial CLIE) ofrece una panorámica clara y atractiva del mundo bíblico, combinando rigor académico con una profunda sensibilidad pastoral. A través de mapas, esquemas e ilustraciones, Drane guía al lector por la historia, la literatura y la teología del Antiguo Testamento, haciendo accesibles sus complejidades. Su estilo didáctico y su mirada creyente lo convierten en un texto ideal para estudiantes, maestros y lectores de fe. Una obra que ayuda a redescubrir el valor espiritual y humano de las antiguas Escrituras.

Por qué necesitamos estudiarla (otra vez)

Vivimos tiempos en que la Biblia se cita más de lo que se estudia. A veces se usa como argumento, bandera o arma, y olvidamos que antes de ser un texto que “tenemos”, es una palabra que nos tiene. Volver a estudiarla con rigor —sin miedo al contexto, a la crítica o a la historia— no debilita la fe: la purifica. Nos hace humildes. Nos enseña que Dios habla a través de lo humano, que la Palabra se encarna no solo en Jesús, sino también en el barro del lenguaje y la cultura.

En los seminarios, Introducción a la Biblia enseña a leer con cabeza y corazón: a distinguir géneros literarios, a conocer cómo se formó el canon, a comprender los tiempos, los pueblos y los autores que Dios usó. En ese proceso, descubrimos que estudiar la Biblia no enfría la fe, sino que la enciende con una llama más clara. Cuando comprendemos cómo se formó la Biblia, no la desmitificamos: la amamos mejor.

Cómo se enseña esta materia en un seminario

En un aula teológica, Introducción a la Biblia no empieza con teorías, sino con preguntas: ¿Quién escribió estos textos? ¿Por qué? ¿Para quién? ¿Cómo se conservaron? ¿Qué los hace inspirados? Se estudia la estructura general —Ley, Profetas, Escritos, Evangelios, Cartas—, los géneros literarios, la historia de las traducciones, la inspiración divina y la acción humana. Se aprende a leer los Salmos como poesía, las cartas de Pablo como pastoral viva, los profetas como voces de justicia.

Pero más allá del método, lo que realmente se enseña es una actitud: la reverencia del que estudia orando y ora estudiando. Esa es la clave de toda teología.

Lecturas para comenzar

Si este primer paso te despierta curiosidad, aquí algunas obras para seguir caminando.

Para descubrir la Biblia

Para pensar su sentido teológico


Cada uno de estos libros puede convertirse en tu primer compañero de aula en este seminario abierto.

Así comienza Aula Abierta: un espacio donde la fe se piensa, se estudia y se celebra. Un viaje por las materias que forman a pastores, teólogos, maestras y laicas comprometidas, pero contadas con lenguaje cotidiano y alma espiritual. La invitación es simple: deja que la Biblia te lea. No para obtener respuestas rápidas, sino para redescubrirte en las páginas donde Dios sigue escribiendo historia con vidas humanas.

“La Biblia no es un libro que resolvió el pasado, sino una conversación que sigue interpretando nuestro presente.”

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