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La ciencia ha definido al menos cinco características para las relaciones que aportan al florecer pleno del niño y niña y que se cultivan en la Crianza con Ternura:
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1. Cercanía de la relación. Esta cercanía además de física es también afectiva y logra que los ojos compasivos del adulto cuidador alcancen a mirar el corazón del niño y la niña. La cercanía permite al niño y la niña sentir la caricia de la mano cuidadora que los levanta cuando se caen o que los reorienta cuando se equivocan.
2. Constancia de la relación de crianza. Reafirma en el corazón del niño y niña la certeza de la presencia del adulto cuidador. En este sentido, las relaciones de Crianza con Ternura no pueden ser frívolas y relegadas a los minúsculos tiempos de calidad, sino que requieren que el adulto cuidador priorice y reafirme cotidianamente su presencia significativa y constante en la vida del niño y niña.
3. Confianza. Cuando las relaciones son cercanas y constantes, el niño y niña se vuelven capaces de predecir la postura del adulto frente a ellos, eso genera confianza, o sea un vínculo seguro que se construye desde la experiencia del amor incondicional.
4. Reciprocidad. Implica estar atento a todos los esfuerzos que el niño y la niña hacen para interactuar con el adulto que los cuida y acompaña. La reciprocidad sólo es posible cuando el niño, la niña y el adulto cuidador están al mismo nivel, libres de las dinámicas de poder y control de los más pequeños.
5. Empatía. Abre la posibilidad para la conducta compasiva, tanto por parte del niño y la niña como por parte del adulto cuidador. La empatía es lo que habilita al adulto cuidador a sentir las emociones del niño y niña y desde ahí calmar sus miedos, consolar su dolor y celebrar su alegría. Hoy sabemos que la empatía sólo es posible cuando el adulto cuidador está cerca y toma el tiempo para mirar con calma el rostro del niño y la niña y dejarse invadir por su historia y sentimientos, y luego, responder a ellos desde una postura amorosa y justa.
Cercanía, constancia, confianza, reciprocidad y empatía son las cinco características de las relaciones de Crianza con Ternura a las cuales estamos todos invitados a cultivar con los niños y niñas.
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