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En las redes sociales me encuentro, muy felizmente sorprendido, con un artículo del buen biblista Juan Stam titulado: “La derecha evangélica”. En este artículo Stam intenta explicar como: “En el discurso político de nuestro tiempo, ‘evangélico’ y ‘derechista’ se tratan como sinónimos intercambiables”.
Me alegró profundamente que Juan se metiera con un tema álgido, pero sumamente necesario en este tiempo para América Latina. El tema tiene que ver con quien es quien, y qué valores defendemos los que decimos ser parte de una tradición de fe evangélica…
Leo entusiasmado su artículo, cuando vuelvo a notar que, de nuevo, al amigo Juan se le escapan algunas cuestiones que, me parece, no son secundarias. Creo que en la misma línea ya la había pasado cuando publicó un artículo, en el cual, su lectura de la Biblia, lo dejó impedido de poder disfrutar de un amor de Dios que se derrama por igual en heterosexuales como en homosexuales, cuando estos aman con intensidad y honestidad, ¡una verdadera pena!
Bien, volviendo a este artículo, Juan busca explicar lo que él llama “la opción llamada evangelio radical” o “evangelio de izquierda”. Si bien esverdad que la izquierda y la derecha son conceptos muy móviles que necesitan de algún punto fijo para poder ser definidas, Stam define muy bien la izquierda, en lo teológico/social, al decir: “Otras bases para su ética social eran el Año Sabático y el Año de Jubileo, los profetas hebreos y también la lectura política del Apocalipsis. Se abrieron también al feminismo y la teología de la liberación, cuando estos tenían fundamentosbíblicos.”
Ahora, ya esta misma cita me produce alguna pregunta: ¿qué significan que estos temas “tenían fundamentos bíblicos”? ¿Cuándo los tuvieron? ¿Dejaron de tenerlos? De ser así ¿cuándo y por qué dejaron de tenerlos?
Pero mi sorpresa se agranda cuando el querido Juan nos da nombres de los latinoamericanos que “se destacan” entre estos cristianos evangélicos de izquierda: “Entre latinoamericanos se destacan Orlando Costas, René Padilla y Samuel Escobar, entre otros.”
Lo que me preocupa no es tanto lo que nombra, sino más bien lo que deja fuera. Y sé muy bien que no hubiera podido hacer una lista exhaustiva en este pequeño artículo, es más él mismo señala “entre otros”. Pero las muestras deben hacerse con nombres verdaderamente representativos de lo que uno está hablando sino es una muestra falaz, no alcanza con decir un simple “entre otros” cuando las personas que se eligen no son las más representativas de los temas que anunciaste y que según tu propio criterio definen esa realidad a la que te querés referir
Si uno cree, como Stam dice en su artículo, que la izquierda evangélica es representada por estos temas:
- Año sabático y de jubileo
- Lectura política del Apocalipsis (y de toda la biblia)
- Feminismo
- Teología de la liberación
Mauricio Lopez (quizá más vinculado a la filosofía de la liberación, pero que dejó su sangre en su compromiso cristiano y evangélico), Milton Schwantes, José Miguez Bonino, Severino Croatto (me dirán que era católico… bueno se congregaba en una comunidad evangélica), Jun Mo Sun, Nestor Miguez.
Si se habla de feminismo ¿No da Juan, en su lista, nombres de ninguna mujer? ¿Y qué hacemos con Elsa Támez, Nancy Bedford, Irene Foulkes, Mercedes Bachmann, Cristina Conti? Y tantos otros y otras, muchas profesores y profesoras del ex ISEDET , de la prestigiosa UBL, y del DEI en San José de Costa Rica, formadores/as de verdaderos teólogos y teólogas en nuestra América Latina, que se pueden inscribir en ese “evangelio de izquierda” del que nos quiere hablar Stam, incluso con mucha más fuerza y claridad, que los nombres que él mismo nos da. Todos éstos Juan Stam los conoce, pero ¿por qué los omite?
La verdad es que, me parece, ciertas opciones definen también qué pensamos y qué queremos trasmitir. Es necesario en este tiempo hablar de estos temas, pero más necesario será decir las cosas lo más ajustadamente posible a lo que queremos trasmitir. Si lo que queremos es discutir la derecha evangélica, estará muy bien. Pero quizá haga falta situarnos nosotros claramente, porque siempre hay una derecha de una izquierda…
Sobre el autor:
Pablo Bordernave vive en Villa Sarmiento, Buenos Aires, Argentina, donde es capellán del Colegio Ward.
Estudió Filosofía en la Universidad San Martín y Teología en ISEDET en Buenos Aires. Se congrega en la Iglesia Metodista.
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