Sobre Dios. Pensar con Simone Weil — Byung-Chul Han

Con Sobre Dios. Pensar con Simone Weil, Byung-Chul Han, reciente ganador del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, da un giro notable en su obra.. El filósofo surcoreano, que había diseccionado la era del cansancio, la transparencia y el rendimiento, dirige ahora su mirada hacia lo divino. Pero no lo hace desde la fe institucional ni la teología académica, sino desde la experiencia interior, la atención y el silencio. El resultado es un ensayo breve, sobrio y profundamente espiritual, donde Han retoma a Simone Weil —esa mística y pensadora francesa que vivió entre fábricas y guerras— como guía para pensar a Dios en tiempos de vacío.

Han parte de un diagnóstico contundente: “En la actualidad, nuestra atención gira única y exclusivamente en torno al yo. Celebramos el culto, el oficio religioso del yo, en el que cada cual es sacerdote de sí mismo”, escribe. En esa frase, citada por La Tercera, se condensa su tesis central: el problema de la modernidad no es la pérdida de fe, sino la idolatría del yo. Nuestra incapacidad para atender, escuchar o permanecer en silencio ha desplazado a Dios, no por negación intelectual, sino por saturación egocéntrica. La ausencia de Dios —sugiere Han— no proviene de la incredulidad, sino del deterioro de la atención.

Portada del libro

Sobre Dios: Pensar con Simone Weil

En Sobre Dios. Pensar con Simone Weil, Byung-Chul Han explora el misterio de lo divino en una época dominada por el ruido y la productividad. Inspirado en la mística francesa, propone una espiritualidad del silencio, la atención y el vacío como formas de resistencia frente al capitalismo del rendimiento. Más que una teología, este libro es una meditación sobre la ausencia de Dios y la posibilidad de reencontrarlo en la quietud. Una obra breve, serena y profundamente necesaria.


A partir de la noción weiliana de décréation (vaciamiento o des-creación), Han propone una espiritualidad del desprendimiento. Solo cuando el yo se vacía, puede hacerse lugar a lo divino. Este gesto, que Simone Weil entendía como “abandono amoroso”, se convierte en la clave del ensayo: pensar a Dios exige renunciar a la lógica de la productividad y del control. En un mundo que confunde valor con utilidad, el silencio, la lentitud y la contemplación son actos de resistencia. “Al capitalismo no le gusta el silencio. El silencio no produce”, recuerda Han, en una de las frases citadas por La Tercera.

En este sentido, Sobre Dios no es solo una meditación mística, sino también una crítica política. Como señala La Sexta, Han “rescata a Dios de la muerte para convertirlo en un símbolo anticapitalista”. La afirmación, provocadora, describe con precisión su propósito: reintroducir lo sagrado como contra-lenguaje ante la lógica del rendimiento, la eficiencia y la autoexplotación. En una sociedad donde todo debe mostrarse y monetizarse, lo divino representa la opacidad, el misterio, lo que no puede ser poseído. Pensar a Dios es, para Han, una forma de desobedecer al sistema.

El filósofo escribe con su estilo habitual: fragmentario, poético, aforístico. Cada página parece una pausa, una respiración. No hay desarrollo argumental en sentido clásico, sino intuiciones que exigen del lector un tipo de lectura contemplativa. La estructura del libro —centrada en conceptos como atención, belleza, sufrimiento, gracia y silencio— invita más a la meditación que al debate. Leerlo es detenerse; es practicar lo que el texto enseña.

📖 PUEDE SER DE TU INTERÉS:
La sociedad del cansancio – Byung-Chul Han

El aporte de Han, sin embargo, no consiste en ofrecer respuestas religiosas, sino en rehabilitar las condiciones de posibilidad de la fe. Frente a la hipertrofia del yo, propone la apertura; frente a la saturación informativa, la atención; frente a la explotación, el descanso; frente a la transparencia, el misterio. Es, en última instancia, una ontología de la receptividad. En este marco, Dios deja de ser una idea o un dogma, y se convierte en el nombre de aquello que acontece cuando dejamos de ocuparlo todo con nuestro propio ruido.

El creyente hallará en estas páginas una invitación a redescubrir el sentido espiritual del silencio; el no creyente, una reflexión lúcida sobre la necesidad de trascendencia en un mundo que se ha vuelto inmanente hasta la asfixia. Y quienes viven su fe en contextos de activismo y acción —como las iglesias latinoamericanas que buscan justicia social— podrían encontrar aquí un recordatorio urgente: toda acción que no brota de la atención termina agotándose.

Han no intenta resucitar a Dios como figura religiosa, sino como posibilidad de sentido. En tiempos donde la espiritualidad se diluye en autoayuda y la religión en ideología, Sobre Dios devuelve dignidad a lo invisible. Leerlo es aceptar una invitación: dejar de hablar por un momento, mirar con atención, escuchar el silencio y, quizá, percibir que algo —o Alguien— todavía nos habla.

¿Tienes algo que decir?

Acerca de:

Suscríbete y mantente informado

Suscríbete y recibe nuevas reflexiones que ponen en diálogo la fe, el cristianismo y la misión.

Unete a nuestros canales

Te puede interesar