«Guardaos de hacer el bien en público sólo para que la gente os vea. De otro modo, no recibiréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos»
Entre las organizaciones de ayuda humanitaria se usa, por ejemplo, la expresión industria de la pobreza para referirse al sector que se dedica a trabajar a favor de la justicia social y el desarrollo. Puede ser que la expresión sea técnicamente correcta, pero en lo personal no me gusta. Me parece que con expresiones así se corre el riesgo de convertir el amor cristiano en una mera industria y la búsqueda de la justicia en una empresa como las demás. Esa tentación siempre está presente.
Los seres humanos queremos ser buenos; también queremos aparentar serlo. Hoy, Jesús nos llama la atención sobre este riesgo. Él sabe que nuestra generosidad merece una recompensa, pero nos recuerda que la mejor viene del Padre. Las otras, las de esta tierra, no son más que máscaras vistosas, relucientes pero falsas, que sólo sirven para ocultar nuestra demacrada realidad espiritual.
El pastor y teólogo Harold Segura es colombiano, radicado en Costa Rica. Director de Fe y Desarrollo de World Vision en América Latina y El Caribe y autor de varios libros. Anteriormente fue Rector del Seminario Teológico Bautista Internacional de Colombia.
