Bogotá, agosto de 2025. – Del 11 al 15 de agosto, cerca de 70 líderes, teólogos/as, pastores/as y representantes de organizaciones cristianas de toda América Latina se reunieron en la Casa de Encuentros San Pedro Claver, en Bogotá, para participar en el Tercer Encuentro Missio DEI, bajo el tema general “Espiritualidad y teología de la mesa compartida”.
Durante tres días de trabajo profundo, las Escrituras, la teología y las experiencias comunitarias se entrelazaron en un itinerario marcado por estudios bíblicos, conferencias, talleres y foros de diálogo. La imagen de la mesa se convirtió en el símbolo central: un espacio de gracia, reconciliación, hospitalidad y discernimiento de la misión. Se reflexionó sobre cómo las mesas de Jesús en los Evangelios son lugares de inclusión radical y transformación, y se desafió a las iglesias a modelar mesas donde haya lugar para los excluidos, los migrantes, las mujeres y los pobres, en un mundo que tiende a levantar muros y a privilegiar las mesas del poder político o religioso.
Entre las voces que animaron el encuentro estuvieron Harold Segura, Yolanda Rodríguez, Claudia Moreira, Nelson Morales, Zazá Lima, Loida Carriel, Cristian Castro, Valdir Steuernagel y otros referentes de la misión en América Latina y el Sur Global. Se habló de espiritualidad de la hospitalidad, de poder y exclusión en las mesas eclesiales, de discipulado comunitario y transformación social, y de la necesidad de nuevas prácticas misionológicas que respondan a realidades contemporáneas como la polarización política, la crisis climática, las migraciones forzadas y la violencia contra los niños y niñas.
La plenaria final subrayó que Missio DEI es más que un evento: es una vocación colectiva. Se afirmó la necesidad de nuevas mesas de amistad, de reconciliación y de colaboración global, recordando que el paradigma de poder del Reino no es el dominio, sino el servicio y el sacrificio, representados en el Cordero inmolado. Como expresó Valdir Steuernagel, “Missio Dei surgió como un suspiro, como un grito. Hoy es un lenguaje común que nos une, una mesa donde aprendemos a escuchar al Espíritu y a caminar en unidad en medio de la diversidad”.
El encuentro concluyó con una oración compartida: que Dios nos ayude a cuidar las mesas que nos ha dado y a ser fieles en las mesas que nos permite estar.