Adviento es un tiempo que afina la sensibilidad. Un tiempo para mirar más despacio, para reconocer lo que suele pasar desapercibido, para escuchar a Dios en los bordes del mundo. En medio de esa estación que invita a la quietud, Milena Forero, Marco Salas, Jonathan Hanegan y Lucas Magnin ofrecen un regalo: Bienaventuradas las Palabras, un poemario ilustrado que reúne poemas inspirados en las Bienaventuranzas. Cuatro voces latinoamericanas entrelazan teología, poesía y espiritualidad desde la fragilidad humana, la búsqueda de sentido y la esperanza que se abre paso aún en lo pequeño.
Aunque breve, el poemario sostiene una profundidad cálida, nunca impositiva. Los textos se mueven entre la confesión, la contemplación y la crítica, invitando a descubrir la lógica invertida del Reino en quienes esperan con las manos vacías, en quienes cargan heridas, en quienes miran el mundo desde abajo. Cada poema es un gesto que acompaña, una forma de preparar el corazón para el misterio de la Encarnación. Lo que sigue es una lectura amplia del conjunto.
Un regalo de Adviento: la invitación de Milena Forero
El poemario nace como un gesto para este tiempo litúrgico. Milena Forero lo presenta como un regalo para quienes desean disponerse a la Navidad con una espiritualidad más atenta, menos ruidosa y más honesta. Elige las Bienaventuranzas porque allí Jesús desarticula la lógica habitual del valor, el mérito y el poder, y abre paso a un modo diferente de comprender la vida: desde la sed, la mansedumbre, la búsqueda de paz, el anhelo de justicia, la misericordia y el reconocimiento de que todos necesitamos ser sostenidos.
Las ilustraciones de Milena recorren las páginas con una ternura deliberada: niñas suspendidas por globos, manos que siembran, manos extendidas, cuerpos inclinados para levantar a otros. Su trazo no es decorativo, sino interpretativo; ilumina los textos desde la vulnerabilidad y la belleza escondida en lo cotidiano. Con esa estética que mezcla firmeza y delicadeza, Milena invita a Marco Salas, Jonathan Hanegan y Lucas Magnin a sumarse al proyecto teopoético, ampliando la mirada y las resonancias del Adviento.
Lectura del poemario
Bienaventurados los desposeídos — Milena Forero
Milena abre el libro con un poema en el que la desposesión no aparece idealizada, sino asumida como paisaje existencial. Habla de vivir sin ancla, sin casa, sin certezas, y lo hace con una honestidad que evita cualquier romantización del desarraigo. Sin embargo, el poema encuentra un punto de inflexión cuando asoma un misterio que ilumina. Allí, quien no tiene nada descubre que puede entregarlo todo, que la carencia puede volverse espacio para recibir una luz que no se compra ni se controla. Milena presenta la vulnerabilidad como un territorio donde la revelación no excluye la torpeza, y la ternura compartida se convierte en uno de los gestos más concretos del Reino.
Dios con nostalgia de bienaventuranza para sus hijos — Marco Salas
El poema de Marco está construido como una contemplación en movimiento. Invita a observar a quienes, sin títulos ni protagonismos, sostienen el mundo con actos mínimos: quienes reconstruyen lo que otros dejaron en ruinas, quienes amasan pan para que alcance, quienes siembran paz, quienes consuelan a los innombrados, quienes preparan mesas que pueden recibir a más personas de las que cabían antes. Marco revela que Dios se hace visible en esos gestos silenciosos, en esas manos que reparan sin buscar reconocimiento. El poema concluye devolviendo esa mirada al lector: ver estas cosas ya es formar parte del Reino; reconocerlas transforma a quien se detiene a mirar.
Las bienaventuranzas del reino del revés — Jonathan Hanegan
Jonathan parte del griego makárioi para recuperar el filo original de las Bienaventuranzas. No fueron escritas para tranquilizar, sino para desestabilizar. Su poema enfatiza que los pobres, los afligidos, los perseguidos y los olvidados no son figuras heroicas ni depositarios de un valor intrínseco debido al sufrimiento; más bien, son compañeros de un Dios que decide invertir los valores del mundo y acercarse a quienes carecen de garantías. El poema combina denuncia y consuelo: denuncia un orden que perpetúa privilegios injustos y consuela al recordar que la injusticia no es eterna. Jonathan añade una advertencia importante: no se trata de buscar voluntariamente el dolor, sino de reconocer la propia pobreza y permitir que Dios sostenga lo que nuestras fuerzas no alcanzan, aun cuando eso implique entrar en la larga fila de los profetas. Su visión recuerda que el Reino cuestiona todo lo que muchos consideran estable o natural.
Oración desnuda — Lucas Magnin
Lucas cierra el poemario con una de las piezas más intensas: una relectura del Padre Nuestro que desarma los automatismos y expone la ambivalencia humana frente a Dios. Su oración avanza entre deseo y resistencia: anhelar el Reino, pero seguir aferrado a las propias banderas; pedir pan, mientras se resiste a reconocer el hambre ajena; suplicar perdón, pero conservar el hacha con la que juzgamos; clamar protección, mientras se acusa a Dios de silencio. Lucas no intenta resolver estas tensiones: las expone con nitidez, haciéndolas parte de la experiencia espiritual. La fe aparece como una lucha que no siempre encuentra equilibrio, pero que aun así se atreve a decir “Amén”. El poema concluye con una afirmación que sostiene la esperanza sin ingenuidad: Dios no permitirá que la miseria tenga la última palabra.
Las voces detrás del poemario
Milena Forero
Teóloga, comunicadora y artista colombiana. Dibuja, canta y escribe desde una espiritualidad liberadora que abraza lo pequeño y lo frágil. Es parte del colectivo pastoral de la Primera Iglesia Presbiteriana de Bogotá y desarrolla el proyecto Espiritualidad en libertad como @panderetamilennial. Su sensibilidad visual sostiene la estética del poemario y le da una capa interpretativa propia.
Marco Salas
Digital Project Manager, profesor de teología y especialista en culturas digitales. Su trabajo integra diseño, narrativas visuales, pedagogía digital y pensamiento teológico, acompañando a comunidades que buscan comunicar su fe en entornos contemporáneos. Su aporte combina creatividad, mirada pastoral y comprensión profunda de los lenguajes digitales.
Jonathan Hanegan
Teólogo formado en Oklahoma Christian University, Abilene Christian University y The Institute for Orthodox Christian Studies (Cambridge). Miembro de la Fraternidad Teológica Latinoamericana. Sus intereses cruzan teología práctica, espiritualidad cristiana, tradición ortodoxa, arte e historia de la iglesia. Su poema recoge la faceta más incisiva de las Bienaventuranzas.
Lucas Magnin
Escritor, teólogo e historiador del cristianismo. Magíster en Estudios Teológicos (UBILA/UNA), licenciado en Letras Modernas, formado en comunicación y corrección literaria. Sus campos de interés van de la Reforma Protestante y la historia del arte a la filosofía y la dogmática. Su Oración desnuda ofrece una mirada íntima a la fe en lucha.
Un poemario para la espera
Bienaventuradas las Palabras es un gesto para este Adviento: una invitación a mirar el mundo desde la vulnerabilidad, allí donde la vida humana se confía sin pretensiones. Los poemas no buscan clausurar respuestas; abren ventanas. En tiempos atravesados por la prisa, el agotamiento y la saturación simbólica, estos teo poemas crean un espacio para volver al centro, para contemplar la llegada de Dios sin que el ruido exterior acalle lo que se gesta por dentro. El Adviento es espera, y este poemario acompaña esa espera con una profundidad suave y una belleza sincera.
Descarga el poemario
Puedes descargar aquí Bienaventuradas las Palabras y acompañar tu Adviento con una lectura que entrelaza poesía, fe, vulnerabilidad y esperanza. Es un regalo pensado para quienes buscan que la espera sea también un camino de transformación.


