VOCES DE FE: Magazine dominical
“Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos de amor. Le quité de la cerviz el yugo, y con ternura me acerqué para alimentarlo”. Oseas 11.4
Hoy comenzamos nuestro estudio de Biblia y comunicación con los libros de los “Profetas menores”. Se los conoce como menores, porque son libros breves en comparación a los que ya analizamos anteriormente. Oseas es el primero de ellos y fue un profeta que vivió durante la época del reino dividido. Cronológicamente, volvemos a una época anterior a los exilios, tanto de Israel por Asiria como el de Judá por Babilonia. Se puede señalar que Oseas profetizó antes del 722 a.C. Oseas es el profeta del amor, personaliza la imagen de Dios, mientras el pueblo representa a la esposa infiel
Vemos una instrucción insólita:
“La primera vez que el Señor habló por medio de Oseas, le dijo: «Ve y toma por esposa una prostituta, y ten con ella hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido por completo. ¡Se ha apartado del Señor!»” (1.2)
Debo aclarar que esto no es un manual de consejería prematrimonial. Realmente esto pareciera una paradoja, pero sí, Oseas tuvo que establecer comunión y comunicación con una mujer de mala vida. Con Gomer tuvieron tres hijos: Jezrel (en sentido de: Dios esparcirá), Lorrujama (Indigna de compasión), y Loami (Pueblo ajeno). El libro tampoco es un manual de consejería matrimonial.
Fíjense que terrible esto:
“Me habló una vez más el Señor, y me dijo: «Ve y ama a esa mujer adúltera, que es amante de otro”. (3.1)
Esto es algo bien raro en cualquier sociedad patriarcal hasta el día de hoy. En mi país es muy común que un hombre sea infiel, y la mujer debe mayormente perdonar. Pero ocurre que, si la esposa es infiel, esto mayormente no tiene perdón, ya que el traicionado es víctima de todo tipo de burlas por amigos y enemigos.
No entraré en las implicaciones éticas de este libro. En la Biblia en general se exalta a los matrimonios que son fieles por toda la vida. Pero Jesús en el Sermón del Monte también indica:
“Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5. 27-28).
Evidentemente, el espíritu de la ley de Jesucristo nos hace a todos, tanto a los hombres, como también a las mujeres, culpables de adulterio, y por supuesto también culpables de adulterio espiritual.
Debo señalar que he realizado algún tipo de consejería a unos pocos hombres infieles en su matrimonio, que recapacitaron y pidieron perdón. Incluso recuerdo de un caso que el pedido de perdón fue realizado de manera pública. En toda mi vida solo conozco un caso de una mujer infiel, que pidió perdón y volvió con su esposo.
El texto no nos dice si Gomer pidió perdón a su esposo; pero en Oseas 3.2 aparece lo siguiente:
“Compré entonces a esa mujer por quince monedas de plata y una carga y media de cebada”.
Además de perdonarla, Oseas debió buscarla y comprarla. Esto es algo que podemos comparar con el precio que pagó Jesús para redimir a la humanidad perdida. (ver 1 Corintios 6. 20; 7.21-23) Fuimos comprados por un precio… ¡Qué valor tan grande tenía Gomer para Oseas! ¡Qué valor tan grande tenemos cada uno de nosotros ante los ojos de Dios!
Siguiendo la idea del texto (3.4-5) vemos la intención de Dios de restaurar completamente a Israel. El texto en sí es un poema de amor recalcando la fidelidad de Dios y las infidelidades de Israel.
Indicamos algunas infidelidades de Israel que se señalan en el texto:
Falsos dioses (2.12), perjurio, mentira y fraude, robo, adulterio, asesinato y violencia (4.2), falta de conocimiento (4.6), perversidad (4.8; 7.1), prostitución (4. 10-11), idolatría e infidelidad (todo el libro), arrogancia (5.5), traición (5.7), rebeldía (7.13), maldad (7.15), corrupción (9.9), hablar por hablar (10.4), y ustedes pueden ir viendo otras infidelidades más en todo el libro. Usted me preguntará ¿Qué tiene que ver esto con la comunicación? Jesús dijo:
“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias” (Mateo 15.19);
“Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios” (Marcos 7.21).
A lo que voy es a lo siguiente, un buen corazón expresa una buena comunicación. Un mal corazón expresa una mala comunicación.
Concluyendo voy a decir lo siguiente, Jesucristo nos busca siempre, y él pagó un alto precio por nosotros. Aunque muchas veces seguimos cayendo en el pecado, él nos sigue buscando. Oseas nos muestra que no volver al Señor trae resultados calamitosos, pero a pesar de esto, los males que vienen son gritos potentes de que el Señor quiere que volvamos a él. Y cómo lo dijo el sabio, recordemos: “Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida”.
Y yo agregaría, “del corazón mana la comunicación”
Para estudio complementario:
Estudio Inductivo de Oseas
Comentario de Oseas
Resumen de Oseas: un panorama completo animado (video)
Sobre el autor:
Wolfgang A. Streich es paraguayo, y está casado con Ruth. Tiene un bachiller en Teología y una Lic. en periodismo. Es miembro de la iglesia menonita Concordia y coordinador de Anabautista Digital 500 y corresponsal de Anabaptist World. Dirige también la página Buenas Noticias Ilimitadas.
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