Ninguno de ellos entenderá nada, pero los sabios lo entenderán todo (12.10)
Daniel y sus compañeros fueron llevados cautivos por las tropas de Nabucodonosor a Babilonia. Vemos en los primeros capítulos que fueron «10 veces mejores» que otros alumnos de su camada.
El libro resulta fascinante para los niños, especialmente los relatos del horno de fuego (cap. 3) y el foso de los leones (cap. 6). También los adultos podemos aprender mucho de todo esto.
Daniel escribe en un lenguaje apocalíptico, relatando visiones, sueños, y símbolos. A través de la historia del cristianismo se han realizado varias interpretaciones sobre Daniel y su numerología, tal vez un poco compleja. De acuerdo con los historicistas, todo tiene un cumplimiento en la historia, pero muchas cosas aún no se han cumplido. Para otros, todo tiene un mensaje simbólico. Yo entiendo que casi todo se ha cumplido, casi todo.
Es indudable que la estatua del cap. 2 se refiere a reinos humanos. Creo que no es muy complejo entenderlo; y en Daniel 7 se vuelve a referir a estos reinos en formas de bestias.
Daniel 8 al 12 resulta un poco más complejo. Lo que podemos ver a simple vista es la preeminencia de profecías mesiánicas y esto ocurre especialmente en el capítulo 9.
Desde mi perspectiva, el sistema de interpretación dispensacionalista presenta interpretaciones tomadas de los pelos. No encuentro ningún sentido a la interpretación que propone de las 69 semanas, estén separadas por miles de años de la semana número 70, para luego imaginar cosas que el texto no dice... Daniel ni siquiera insinuó lo que muchos imaginan sobre dejados atrás, el milenio, el anticristo, etc. etc.
Yo opino que el modelo de interpretación dispensacionalista es muy similar a la forma de interpretar las profecías por parte de los Adventistas y también de los Testigos de Jehová.
No es muy sencillo tomar postura sobre ciertas cuestiones de Daniel, pero pienso que, sin ser soberbios, uno puede entender mucho sin necesidad de jugar a Nostradamus.
El mensaje de Daniel es de aliento a los judíos del exilio, enfocándose en el reino de Jesucristo, derrotando a todos los reinos humanos. El centro del libro de Daniel es el reino de Jesús. Por tanto, su mensaje también es oportuno para todas las épocas. Muchos ven a algunos países en la actualidad como grandes imperios, pero sea cual sea nuestra definición de imperio, cualquier imperio ya está vencido.
Logro identificar en las profecías de Daniel a los reinos de Babilonia, Medo Persia, Grecia y Roma. Me gusta mucho la profecía referente a Antíoco IV Epifanes, figura de cualquier anticristo radical. Hay textos que debo señalar que aún no los entiendo plenamente, pero espero seguir analizando todo, bajo la dirección del Espíritu Santo.
Respecto a lo comunicacional, vemos a Dios en constante contacto con el joven Daniel, también durante su vida adulta y en la ancianidad. De la misma manera, Dios desea comunicarse con nosotros a través de Jesucristo.
Daniel estuvo en contacto directo con los reyes Nabucodonosor, Nabodino y Belsasar (Babilónicos); luego con Darío y posiblemente también con Ciro (reyes Medo Persas).
El libro fue escrito en hebreo y algunas porciones en arameo. Los reyes reconocieron a Daniel por su sabiduría y rectitud. Me imagino al joven explicando el sueño de la estatua ante el gran emperador (cap. 2).
En medio de tanto esplendor (imagine usted los jardines colgantes de Babilonia), Daniel no tuvo temor de llamar a las cosas por su nombre; incluso dijo al monarca que vendrían otros reinos luego del suyo. Daniel tampoco tuvo temor de profetizar la locura del rey por su soberbia, el árbol caído del cap. 4.
Y también lo vemos descifrando la extraña escritura en la pared (cap. 5). No le temblaron las piernas, ni la voz ante Belsasar, al decirle: “Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto” (5.27)
Vemos a Daniel orando tres veces al día, como era su costumbre a pesar del edicto (cap. 6).
En Daniel se puede encontrar como eje central la soberanía de Dios sobre la historia, y a Cristo como personaje principal. Cristo en medio del fuego, Cristo en medio de los leones, Cristo escribiendo en la pared. Y por supuesto Cristo en las setenta semanas. También aparece Cristo junto al río Tigris (cap. 10) y Cristo superior a todos los reyes de la tierra; Es notable ver a Jesús como rey en los capítulos 11 y 12.
Yo definiría la comunicación de Daniel como cristocéntricamente profética. Y el estudiante sincero de este mensaje siempre encontrará en todo a Jesucristo como Rey.
Mi texto preferido en el capítulo 2 dice:
Pero a lo largo de la historia de estos reinos, el Dios del cielo irá construyendo un reino que nunca será destruido, ni este reino jamás caerá bajo el dominio de otro. Al final aplastará a los otros reinos y los acabará y saldrá de todo esto manteniéndose fuerte y eterno. Será como la piedra cortada de la montaña por la mano invisible que trituró el hierro, el bronce, la cerámica, la plata y el oro.
El gran Dios le ha hecho saber al rey lo que sucederá en los años venideros. Esta es una narración exacta del sueño, y la interpretación también es exacta...
Cuando Daniel terminó, el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro lleno de temor ante Daniel... Le dijo a Daniel: «Tu Dios es, sin lugar a dudas, el Dios de todos los dioses, el Señor de todos los reyes. Él resuelve todos los misterios. Yo lo sé, porque tú has resuelto este misterio». (vv. 44-47)
Sigan subrayando esta semana los actos comunicativos en el libro de Daniel. Bendiciones y ¡Hasta la próxima!
Para estudio complementario:
Estudio Inductivo de Daniel
Comentario de Daniel
Resumen de Daniel: un panorama completo animado (video)
Sobre el autor: 
Wolfgang A. Streich es paraguayo, y está casado con Ruth. Tiene un bachiller en Teología y una Lic. en periodismo. Es miembro de la iglesia menonita Concordia y coordinador de Anabautista Digital 500 y corresponsal de Anabaptist World. Dirige también la página Buenas Noticias Ilimitadas.
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