El primer bautismo anabautista: Su historia y legado | Por Bernabé

El 21 de enero de 1525, un hito en la historia del anabautismo, se llevó a cabo un evento trascendental en Zúrich, Suiza. Georg Blaurock, también conocido como George Cajacob, Conrado Grebel, Félix Mantz y otros seguidores del reformador protestante Ulrich Zwinglio, rompieron audazmente con las tradiciones de la época al realizar el primer bautismo "no infantil" anabautista. Esta acción no solo representó una interpretación renovada de las Escrituras, sino que también marcó el "comienzo oficial" del movimiento anabautista, el cual, en 2025, celebrará cinco siglos de existencia, manteniéndose como una influencia significativa en el cristianismo contemporáneo.

La postura de Ulrich Zwinglio, una figura clave en la Reforma Protestante, fue determinante en este proceso. A pesar de ser un reformador, vaciló en adoptar cambios fundamentales, particularmente en la práctica del bautismo infantil. El 18 de enero de 1525, tras un intenso debate entre los anabautistas y Zwinglio, el consejo de Zúrich dictaminó que el bautismo de infantes debía realizarse obligatoriamente dentro de una semana. Esta decisión no solo contrariaba las creencias de los anabautistas, sino que también abrió la puerta a su posterior persecución.

Los pioneros anabautistas, guiados por una interpretación meticulosa y profunda de las Sagradas Escrituras, abogaban por el bautismo de adultos. Sostenían que un auténtico bautismo implicaba un compromiso consciente y voluntario para seguir a Jesús. Su firme convicción les acarreó graves consecuencias: fueron calificados como "rebautizadores" y enfrentaron una implacable persecución por parte de las autoridades tanto católicas como protestantes.

Por lo tanto, conmemorar el próximo quinto centenario del movimiento anabautista significa honrar un legado de fe, coraje y sacrificio. Los anabautistas abrazaron principios como la separación de la iglesia y el estado, la libertad de conciencia y el rechazo a la violencia. Su dedicación a la paz, la justicia integral y el sacerdocio de todos los creyentes ha dejado una marca indeleble en la historia de la fe cristiana.

Celebrar un aniversario más de este movimiento no es solamente un momento para rememorar su historia. También es una oportunidad para reflexionar sobre la relevancia de sus enseñanzas en el mundo actual. En un contexto de creciente división y conflicto, el ejemplo anabautista de paz, unidad y amor al prójimo nos propone un desafío y una alternativa valiosa.

Con su enfoque en una fe viva y práctica, el movimiento anabautista nos invita, independientemente de nuestra denominación, a evaluar cómo nuestras vidas reflejan los valores del Evangelio. Reflexionemos sobre cómo podemos encarnar en nuestro día a día el espíritu de aquellos valientes creyentes que, hace casi medio milenio, optaron por sumergirse en las aguas de una nueva comprensión de su fe.

Referencias:

• "21 de enero 1525 - Comienza el movimiento anabautista." Anabautista Digital
• Streich, Wolfgang A. "¿Por qué celebraremos el 500 aniversario de la fe anabautista?" El Blog de Bernabé 
• "Una gélida noche en Zúrich, hace 490 años." Protestante Digital

Sobre el autor: 

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