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domingo, 1 de noviembre de 2020

Trump y los evangélicos por una agenda neoconservadora

Por Ricardo Corzo, Venezuela

Trump y los evangélicos por una agenda neoconservadora
 

Los evangélicos anglosajones en los Estados Unidos son solo el 15% de la población, pero ejercen una influencia desproporcionada  en las elecciones presidenciales en relación a su porcentaje del total de la población.

La derecha cristiana

Esto en parte se debe a que en EE.UU. no gana el candidato que obtiene la mayoría del voto popular, sino el que alcanza el número mágico de 270 de los 538  electores del colegio electoral. Además, en casi todos los estados quien obtiene la mayoría de los votos más uno se lleva todos los electores.

Los fundamentalistas cristianos definidos por los sociólogos de la religión como la derecha cristiana o derecha religiosa es uno de los movimientos  ideológicos mejores organizados. Durante la década de los 70 logra articularse como un proyecto neoconservador.

En el 2016 mostró nuevamente su musculo electoral cuando el 81% de los evangélicos  votaron  por Trump, es decir uno de cada cuatro votantes blancos. Trump  es el candidato republicano a la presidencia más votado en la historia por este sector del electorado.

La influencia electoral evangélica inicio con Jimmy Carter, un cristiano bautista muy devoto, electo como presidente en 1976. Sin embargo la influencia política evangélica se hizo evidente cuando retiraron su apoyo a Carter en su intento de reelección.

En la elección de 1980, dos de cada tres evangélicos  votaron por Ronald Reagan. Los evangélicos prefirieron el discurso conservador y anticomunista de Reagan a la posición más progresista y diplomática de Carter.

El aborto

El tema que les permitió politizar a su base evangélica fue su férrea oposición a la legalización del aborto aprobada por la Corte Suprema de Justicia  en 1973 durante el famoso caso de Roe vs. Wade. Con Trump y los evangélicos en un mismo lado, él espera movilizarlos nuevamente con la nominación de la jueza conservadora Amy Coney Barret en reemplazo de la jueza liberal Ruth Bader Ginsburg quien murió recientemente.

 

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Como reacción a la decisión de Roe vs Wade, los líderes evangélicos opuestos al  aborto, con financiamiento  de fundaciones y de multimillonarios neoconservadores, establecieron organizaciones para movilizar a sus miembros para que  hicieran campaña a favor de políticos republicanos que apoyaran su causa.

Me referiré brevemente a las tres más destacadas de sus organizaciones de la década de los 70 al 1990: La Mayoría Moral, La Mesa Redonda Religiosa y la Voz Cristiana.

La Mayoría Moral

La Mayoría Moral (Moral Majority) fue creada en 1979 como una organización política conservadora por Jerry Falwell, un tele-evangelista famoso, fundador también de Liberty University. Falwell se opuso a la educación pública a la que consideraba una mala influencia en la sociedad, y soñaba con un país con solo escuelas privadas cristianas.

Falwell disolvió la organización en 1979.

Irónicamente su hijo Jerry Falwell Jr, quien heredo la presidencia de Liberty University  tuvo que renunciar recientemente debido a un escándalo sexual. El joven Giancarlo Granda que trabajaba limpiando la piscina en casa de Falwell, afirmo que tuvo relaciones sexuales con Becki Falwell, esposa del evangelista y defensor del presidente Trump, mientras Falwell los  observaba. Granda afirmo que la relación con la pareja inicio cuando él tenia 20 años y duro aproximadamente seis años.

La Mesa Redonda Religiosa

La Mesa Redonda Religiosa (The Religious Roundtable) fue fundada en 1979 por Ed Mcateer como un comité de evangélicos conservadores en la lucha contra el aborto, la pornografía y la homosexualidad.

En una de sus asambleas en Dallas TX asistió Ronald Reagan y les dijo: “sé que esto no es una reunión política sino cristiana, y sé que ustedes no pueden ayudarme, pero quiero que sepan que yo apoyo los esfuerzos que están haciendo”. La Asamblea se puso de pie, y en medios de gritos de ¡Amén! Y ¡Gloria a Dios! adoptaron a Reagan como uno de los suyos.

La Voz Cristiana

La Voz Cristiana (Christian Voice) fue fundada en 1978 por Robert Grant, un personaje íntimamente relacionado con la Heritage Foundation, una organización extremadamente conservadora y con muchos recursos financieros. La Voz Cristiana fue uno de los grupos que más influenciarían sobre los evangélicos de EE.UU. en la década de los 80 y los 90, por medio de tele evangelistas como Pat Robertson quien promovió la organización en el “Club 700” y sus más de 700 estaciones de televisión afiliadas.

Pat Robertson, ya muy anciano (90 años), no tiene la sintonía de antes, debido entre otras cosas a los cambios demográficos y a que los evangélicos de nuevas generaciones, ya no les interesa tanto el contenido de su programación.

Pat Robertson declaro recientemente que Dios le revelo que Donald Trump será reelecto y que quizás en un futuro no muy lejano un asteroide se estrellara contra la tierra y con ello sobrevendrá el fin del mundo.

Los nuevos grupos cristianos

Este tele-evangelista en las dos últimas décadas ha dado declaraciones descabelladas, como por ejemplo en el 2005 cuando dijo que el presidente Bush debió enviar comandos de fuerzas especiales para eliminar al entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez,  o que el terremoto ocurrido en Haití en el 2010 era consecuencia de un pacto que ese país había  hecho con el diablo.

Aunque las  organizaciones mencionadas dejaron de existir surgieron otras a partir del 1990. Hoy hay  más de 70 grupos cristianos a nivel nacional que tratan de influir en el voto evangélico. Difieren de las antiguas organizaciones conservadoras en asuntos tácticos, pero no en su ideología y objetivos. Algunos de ellos incluso han extendido su alcance a sectores de las comunidades afroamericana y latina.

Tres de estas organizaciones son:

Ministerios del Capitolio

Ministerios del Capitolio: Capítol Ministries fue fundado en el año 1996 por Ralph y Danielle Drollinger y ha logrado establecer grupos de estudios bíblicos en legislaturas de más de 40 estados y en Washington DC para senadores y congresistas.

Actualmente desarrollan una estrategia para influir a los funcionarios electos en los condados y municipalidades en las 33,000 ciudades incorporadas de EE.UU.

El pastor Oscar Zamora dirige su estrategia de alcance e influencia hacia gobiernos latinoamericanos, entre ellos, los congresos de Brasil y Honduras.

El Concilio de Investigación de la Familia

El Concilio de Investigación de la Familia: fundado en 1983, Family Research Council es una organización de cabildeo y de investigación sin fines de lucro dedicada a articular y promover una filosofía de vida pública centrada en la familia.

Además de proporcionar investigación y análisis de políticas para las ramas legislativa, ejecutiva y judicial del gobierno federal. Tony R. Perkins, un exlegislador republicano estatal de Louisiana fue nombrado en 2003 cuarto presidente en la historia de la organización.

La Conferencia Nacional Hispana de Liderazgo Cristiano (NHCLC):

La Conferencia Nacional Hispana de Liderazgo Cristiano (NHCLC) fue fundada en 2001 por el Rev. Samuel Rodríguez, un ministro ordenado de las Asambleas de Dios.

Afirman representar a 42,000 iglesias latinas, un número muy exagerado, si se toma en cuenta que la Asociación Nacional de Evangélicos que fue fundada en 1942 y está compuesta de 40 distintas denominaciones  anglosajonas, afirma representar solamente a 45,000 iglesias.

Es difícil  entender como una organización latina que tiene menos de dos décadas de historia, afirme tener casi el mismo número de iglesias afiliadas que una organización anglosajona que tiene 80 años de fundada.

Lo cierto es que el Rev. Samuel Rodríguez fue el primer latino evangélico en participar en una investidura presidencial en el país, cuando dirigió una oración en la inauguración del presidente Trump. Desde entonces ha sido un aliado y defensor del Presidente.

El presidente Trump se ha  beneficiado políticamente de la manipulación neoconservadora de la fe  evangélica.
Estas organizaciones continúan desarrollando una narrativa de creencias libertarias tradicionales, combinadas con posiciones anticomunistas o antisocialistas. Se apoyan en una defensa radical del capitalismo económico y del radicalismo individualista. Allí, el enemigo a vencer son los sectores liberales de la sociedad. No menos, el gobierno federal que con sus políticas públicas liberales ha socavado a la familia, la religión y la moralidad, permitiendo el aborto, la diversidad sexual, las drogas.

Un movimiento político

Se acusa a los jueces liberales de promover los abortos y de prohibir las oraciones y la lectura de la Biblia  en las escuelas públicas. Según ellos estas medidas niegan la existencia de Dios y tratan de impedir la influencia cristiana en la educación pública. Toda esta narrativa es proclamada desde los pulpitos conservadores, las radios, redes sociales y la televisión cristiana.

El movimiento político conservador que infiltró y controla muchas denominaciones evangélicas anglosajonas afirma defender la libertad religiosa. Sin embargo el fanatismo religioso en la forma de un nacionalismo cristiano es una de sus características más sobresalientes.

El nacionalismo cristiano es una mezcla del conservadurismo y calvinismo clásico de una gran parte del cristianismo protestante y del ala derecha del nacionalismo. Esto da como resultado la prevalencia de ideas sobre el destino manifiesto de Estados Unidos como líder mundial y nación preeminentemente cristiana.

Para este movimiento Trump es un instrumento de Dios aunque algunos de sus líderes a puertas cerradas reconocen que es un mal necesario.

Los que justifican a Trump

Esa es la verdadera razón por la que pasan por alto como evangélicos todas sus transgresiones morales, su falta de ética, mentiras, hipocresía religiosa, corrupción, tráfico de influencias, discriminación y racismo hacia los nativos americanos, afroamericanos, latinos, asiáticos y árabes. Su misoginia y abuso a las mujeres, su egomanía y burlas a personas con discapacidades físicas.

Como cristiano protestante veo con mucha preocupación como desde los movimientos neoconservadores, algunos con influencias fascistas, se trata de politizar la fe, rindiendo culto a la persona de Trump.

Algunos  llegan al extremo de atribuirle características casi mesiánicas a su liderazgo, que se basa en una retórica estridente, con una supuesta supremacía física y moral de la raza blanca de los cristianos anglosajones.

Este movimiento de evangélicos se parece más bien al movimiento totalitario hitleriano, que se ha apoderado no solo del lenguaje cristiano y patriótico, sino también de parte de la historia, al reinterpretar según su propia retorica, que hay una sola forma de ser cristiano y una sola forma de ser estadounidense.

El objetivo del movimiento neoconservador es la supremacía de la vida americana basada en una visión del mundo donde la raza blanca es superior. Por eso se ha apropiado convenientemente de un lenguaje evangélico y patriótico. Según su narrativa, la mejor forma de ser un verdadero evangélico y de ser verdaderamente un patriota estadounidense es apoyando a Trump. De ahí la amalgama de Trump y los evangélicos.

Lenguaje evangélico y patriótico

Para ellos, la amenaza real sobre América son los liberales y su agenda de destrucción moral que ha infiltrado el poder judicial y la Cámara Baja del Congreso, los organismos de inteligencia,  las elites de las universidades, las denominaciones cristianas históricas, las iglesias afroamericanas, los inmigrantes, los musulmanes, los medios de comunicación y la comunidad científica.

Los enemigos de la libertad supuestamente dominan todas esas instituciones y desde allí tratan de dominar la nación. Explican que Donald Trump en cuatro años aun no ha podido concluir su trabajo, por eso hay que reelegirlo, para que con el apoyo de la mayoría conservadora en la Corte Suprema de Justicia y en el Senado, pueda completar el sueño neoconservador de: “Make America Great Again”.  

No es entonces ninguna sorpresa que según el Centro de Investigaciones de Religión Póblica (Pew) en su última encuesta de octubre 2020 señala que un 78% de los evangélicos blancos tiene la intención de votar por la reelección de Trump.

Una cosa distinta ocurre entre los cristianos afroamericanos y latinos, los judíos y otras minorías. También entre los cristianos anglosajones de iglesias históricas y los católicos,   que están apoyando abrumadoramente al vicepresidente Joe Biden.

Ellos entienden  que el sueño neoconservador Trumpista, se ha convertido en una pesadilla para millones de personas en Estados Unidos y el mundo. Lo consideraremos en el próximo artículo de opinión. Y como dice un refrán popular en Venezuela: amanecerá y veremos.  

Sobre el autor:

Ricardo Corzo es venezolano. Licenciado en teología por el Seminario Teológico
Latinoamericano en la ciudad de La Puente, California. Maestría en Divinidades por el Seminario Teológico de San Francisco, ahora Escuela Graduada de Teología de la Universidad de Reedlands en el sur de California. Diplomado en Ética y Políticas Públicas por la Escuela de Divinidades de la Universidad de Harvard.  Desde el 2018 se desempeña como conferencista y consultorindependiente en temas políticos, sociales, y religiosos, tanto nacionales comointernacionales. Actualmente es Director de Relaciones Institucionales de laFundación Todas las Cosas en Común ubicada en la ciudad de Barquisimeto, Venezuela

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