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viernes, 13 de noviembre de 2020

Los profetas y Donald Trump

Por Ricardo Corzo, Venezuela


Trump y líderes evangélicos en la Oficina Oval

Durante el proceso electoral en los Estados Unidos muchos “Profetas Evangélicos” proclamaron desde sus púlpitos, por la televisión y las redes sociales que Dios les reveló que el presidente Donald Trump sería reelecto.

Es noticia mundial que el vicepresidente Joe Biden gano la reelección con 306 votos del Colegio Electoral por 232 de Trump, y en el voto popular Biden superó a Trump por más de cinco millones de votos.

Al no acertar en la “profecía” muchos profetas han guardado silencio, mientras otros han tratado de argumentar que el cumplimiento final ocurrirá cuando la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos declare ganador a Trump, y que la conspiración que dirige Biden con los medios de comunicación al final será derrotada.

El tele evangelista Pat Robertson en una reciente entrevista con Christian Broadcasting Network (CBN)  declaró que Dios le mostró que el presidente Trump ganaría la reelección.



“Estaba orando el domingo diciendo Dios dime por favor cómo va  a ocurrir, y sentí una “palabra del Señor”. Dios me mostró que al prestar juramento el presidente Trump ocurrirán revueltas civiles, cosa que aprovecharán los países árabes al estar Estados Unidos distraído para atacar a Israel.” - Pat Robertson

 

La pastora Paula White, consejera espiritual del presidente Trump y quien ocupa un cargo oficial en la Casa Blanca en una transmisión en vivo en su canal de Youtube dijo:

 

“Confederaciones demoníacas” intentaban robarle las elecciones a Trump.
 


“Escucho victoria, victoria, victoria, en los cielos” mientras cerraba los ojos y gesticulaba, a momentos hablaba en lenguas, y  luego invocaba a los ángeles de África y de América Latina para que vinieran en defensa del presidente. - Paula White


Hay muchos pastores y líderes evangélicos en América Latina influenciados por las palabras de  profetas estadounidenses. Mi intención no es negar el don de profecía bíblica sino tratar de emitir una opinión distinta a la narrativa de que Dios en efecto ha ordenado al presidente Trump para ser reelecto para un segundo periodo.

Soy presbiteriano y creo en Dios y su soberanía.  Pero también creo en el libre albedrío. Las personas eligen presidentes por medio de su voto. Como cristiano creo en acciones sobrenaturales de Dios, pero tal y como los reformadores Marín Lutero, Juan Calvino, John Knox, Hulderich Zwinglio, creo también en la lógica y la razón para resolver los asuntos de la esfera pública.


Quiero invitarles a reflexionar acerca de los “auto proclamados profetas” porque aunque soy un analista político, también soy un Presbítero ordenado y me preocupa desde lo pastoral y lo teológico el estado de la Iglesia Evangélica en nuestra  América Latina, aun más que el mismo resultado de las elecciones en los Estados Unidos.

Observo con tristeza la división y la confusión dentro de la iglesia, como consecuencia de las profecías que no se cumplen, muchas personas se vuelven incrédulas, cristianos se alejan de la iglesia, y el evangelio es objeto de burla desde otros sectores de la sociedad.

Las Profecías del Antiguo Testamento

Los  profetas del Antiguo Testamento recibieron sueños o visiones directas de Dios que no dejaban lugar para el error o la equivocación. Jeremías 23:16 para mi es clave para diferenciar las profecías verdaderas de las falsas.

“Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová”. (RVR1960).


Dios indica que cuando las profecías no se cumplen, fue porque estos profetas hablaron desde sus propias emociones o prejuicios y no desde la mente y el corazón de Dios.

En la narración del libro de Jeremías, hubo una presión continua sobre Jeremías para que profetizara paz y prosperidad. Al contrario, predijo el inminente cautiverio de Jerusalén. Como resultado, fue rechazado continuamente  por sus propios colegas sacerdotes,  perseguido por la monarquía y finalmente enviado a la cárcel para ser silenciado.

Lo que he notado de algunos profetas estadounidenses es que sus ministerios son financiados por las ofrendas de muchos de los seguidores evangélicos anglosajones de Trump. Intencionalmente o no, solo han dicho palabras que sus miembros quieren escuchar.

Las profecías en el Nuevo Testamento

Les invito a leer todo el capítulo de Hebreos 11 para conocer la diferencia fundamental entre los profetas del Antiguo y del Nuevo Testamento.

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos”. (RVR1960).


La Iglesia no debe ser dirigida únicamente por profetas que en la antigüedad eran los únicos que recibían mensajes de Dios, sino que las profecías deben ser evaluadas y cuestionadas colectivamente por los miembros de la Iglesia para discernir si es el Espíritu Santo es el que está hablando, o es solo la palabra caprichosa o manipuladora de un individuo, según nos recomienda 1 Juan 4:1.

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”.


En el Antiguo Testamento los profetas eran enviados a declarar profecías que tenían que ver con los asuntos internos del pueblo de Israel como por ejemplo denunciar la corrupción del sacerdocio y la monarquía.  También tenían que ver  con las relaciones internacionales del pueblo judío  con otras naciones vecinas, como aceptar o rechazar alianzas militares.

En el Nuevo Testamento el don de profecía se da dentro del contexto de la iglesia local, es lo que nos indica 1 de Corintios 14:2-4.

“Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia”. (RVR1960).


Muchos profetas modernos confunden su rol y se creen una especie de videntes o adivinos internacionales e incurren en errores al tratar de predecir eventos políticos como las elecciones en los Estados Unidos dando falsas esperanzas a sus seguidores.

Los Profetas Ególatras

Desafortunadamente he notado una proliferación de “ministerios proféticos internacionales” presididos por individuos que no se sujetan a ningún tipo de autoridad eclesiástica. En muchos casos ellos son la autoridad única y no cuentan con una junta directiva u otros pastores o líderes que actúen como consejeros eclesiásticos que puedan corregirlos o llamarles la atención cuando se equivocan.

Estos “profetas modernos” son víctimas de su propio EGO, algunos hasta con problemas serios de mitomanía y ego manía u otros desórdenes de personalidad. Construyen una realidad paralela y se creen sus propias mentiras.

Individuos que se convierten en actores de su “espectáculo profético” en el cual el objetivo es el suspenso y el entretenimiento permanente, que da como resultado, más seguidores en las redes sociales, más ofrendas. Entonces estos “profetas” se sienten presionados a continuamente sobre actuar, con “palabras proféticas espectaculares”.

En el Antiguo Testamento los profetas no eran individuos populares, y aquellos que respondían y encarnaban el ministerio profético, usualmente pagaban un alto precio por responder al llamado de Dios. A los profetas les esperaban tres destinos: el exilio, la cárcel o la muerte.

Muchos “profetas modernos” viajan en aviones privados o en asientos comerciales de primera clase, se hospedan en hoteles lujosos, comen en los mejores restaurantes, llenan auditorios y viven en casas lujosas como ejecutivos de multinacionales, producto de los  muchos recursos financieros.

Los Paradigmas y la inclinación Teológica influyen en las palabras proféticas

En 1 Corintios 13: 9 el apóstol Pablo dice: “En parte conocemos y en parte profetizamos”. Esto sugiere que todas las palabras proféticas se filtran a través del lente del conocimiento y la experiencia de la persona que profetiza.

Les guste reconocerlo o no, las palabras proféticas están moldeadas por la cosmovisión del mundo,  el entendimiento escatológico, y la experiencia humana del profeta,  que también incluye su inclinación política.


En consecuencia los profetas necesitan autoridades, consejeros, otros líderes de la Iglesia experimentados y maduros que tengan una perspectiva diferente para evaluar y juzgar la palabra profética.

“No se trata de que Dios haya renunciado a su soberanía, sino que Dios nos ha dado el libre albedrio, y los asuntos cívicos y políticos en la esfera pública se resuelven con  elecciones, acuerdos, diálogos, consensos y no con profecías”.


El reto de la pastoral latinoamericana en medio de una saturación de “ministerios proféticos” que ahora no necesitan viajar de país en país, sino que les basta con sentarse frente a un computador y grabar un video y enviarlo por las redes sociales, es volver a la palabra de Dios escrita. En ella se nos describe con precisión la tarea de la misión integral de la Iglesia y el final de los tiempos.

“Al realizar una sana exegesis de las escrituras, especialmente de los profetas y los evangelios, nos damos cuenta que Dios no es ni Republicano ni Demócrata, ni Capitalista ni Socialista, es mas esos conceptos políticos de gobierno no existían ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento”.


En las escrituras encontramos una mayor  preocupación de Dios por el que es pobre, por la viuda, por el huérfano, por el enfermo, por el extranjero, por el que está  preso. Hacia ellos  se dirigió principalmente el ministerio de los profetas, y la encarnación de Dios mismo en Jesucristo. Hacia ellos debe dirigirse el ministerio integral de la Iglesia en medio de un continente profundamente dividido por la pobreza y la desigualdad.

Sobre el autor:

Ricardo Corzo es venezolano. Licenciado en Teología por el Seminario Teológico
Latinoamericano en la ciudad de La Puente, California. Maestría en Divinidades por el Seminario Teológico de San Francisco, ahora Escuela Graduada de Teología de la Universidad de Reedlands en el sur de California. Diplomado en Ética y Políticas Públicas por la Escuela de Divinidades de la Universidad de Harvard.  Desde el 2018 se desempeña como conferencista y consultor independiente en temas políticos, sociales, y religiosos, tanto nacionales como internacionales. Actualmente es Director de Relaciones Institucionales de laFundación Todas las Cosas en Común ubicada en la ciudad de Barquisimeto, Venezuela

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