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domingo, 17 de noviembre de 2019

Visión teológica de los evangélicos hoy

Por Ronald Rivadeneira, Ecuador

“Qué significa ser evangélico hoy”

Dentro de un escenario de celebración, como lo es un aniversario de la CEE, vale asumir el enunciado como pregunta y tratar de dilucidar una breve respuesta antes de acercarme al tema solicitado con respecto a las doctrinas.

Imagen de Brian Merrill en Pixabay
Como toda respuesta la asumo dentro de mi locus de enunciación; como evangélico, miembro de una denominación evangélica; ser evangélico es una vocación de llamado a la integridad, asumimos que las personas no son llamados a roles o cargos denominacionales o eclesiásticos, sino en un primer momento somos llamados a ser hijos e hijas de Dios.1

“Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” (Juan 1:12)

Desde esta postura ser evangélico es reconocernos en una comunidad diversa, sin pretensiones de verdad, una comunidad pluriforme y heterogénea de denominaciones y confesiones que convergen en puntos doctrinales en común.

Sin embargo esta es solo mi postura. Permanece la idea que ser evangélico es simplemente no ser católico, se privilegia la denominación, se exacerba el llamado a roles dentro de la iglesia como la pastoral. A pesar de ello ser evangélico debe ser comprendido como miembros de una comunidad de fe diversa.

Si la pregunta se la plantea a otros sujetos sociales posiblemente tendremos respuestas disonantes de las cuáles lejos de invalidarlas, debemos responsabilizarnos de ellas. Alguno dirá que ser evangélico es ser intolerante; otro dirá que ser evangélico es dejar de lado la familia, para otro será ser buenos individuos. Tema importante para otra ocasión si tomamos en cuenta que la identidad desde la antropología es también cuestión de percepciones. Vale reflexionar que dentro de nuestras comunidades, o iglesias se han distanciado de la etiqueta de evangélico, y habría de preguntarnos ¿Por qué? Es decir, cada vez más sujetos y organizaciones limitan su identidad al término cristiano.

“Visión Teológica de los evangélicos hoy, las doctrinas que caracterizan a los evangélicos hoy.” 


Las iglesias evangélicas indudablemente realizan su labor en función de lo cada una de ellas establece como doctrina, sin embargo vale aclarar que la doctrina como un principio de enseñanza se refiere a una gran vertiente de posturas y enseñanzas, por lo que desde la teología debemos comprender que la doctrina central como punto de identidad de los evangélicos es la que hace referencia a la salvación. Algunas iglesias evangélicas no diferencian doctrinas de posturas sociales, políticas y económicas que han tenido ajustes en función de acuerdos. Sin embargo, la doctrina que se hace referencia como característica de los evangélicos es la que tiene implicaciones soteriológicas.

Desde esta perspectiva me permito hacer un breve cambio a la propuesta a: “Doctrinas que deben caracterizar a los evangélicos hoy”, y desde este enfoque proponer “El Kerigma”, que ya es parte de nuestra doctrina evangélica pero que lamentablemente es mal comprendida desde las iglesias evangélicas.

Si nos vemos como comunidad diversa y pluriforme; no negamos la existencia de las denominaciones, de las iglesias históricas de raigambre en la Reforma, no negamos que los evangélicos son en muchos casos frutos de cismas, conflictos y desavenencias internas; reconocemos nuestra humanidad y fracaso en ser uno y a su vez tratamos de ser una sola iglesia de manera constante.

“para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.” (Juan 17:21)

Al vernos como comunidad, la relación con el otro desde una dimensión ética vemos la importancia de la socialidad2 (Bonhoeffer, 1969, p.52). Nos asumimos como evangélicos en el encuentro con los otros diversos que en el devenir de la historia no inventaron una rama de la cristiandad, sino que en una acción de fe comprendieron que el cristianismo es evangélico. Por tal razón esta afirmación  nos relaciona con un legado apostólico y neo-testamentario, en tal sentido los Reformadores no fueron innovadores sino contestatarios ante la realidad de su época y la comprensión revelada del evangelio.

“Nosotros no enseñamos nada nuevo, sino que repetimos y establecemos las cosas viejas, lo que lo apóstoles y todos los maestros píos han enseñados antes que nosotros” (Martin Lutero)3

Provenimos de diferentes raíces históricas, de distintas vertientes o énfasis doctrinales, sin duda no pensamos ni debemos pensar igual en una diversidad de temas de índoles social, político, económico e incluso ético.  Pero debemos tener la voluntad de ser iglesia comunidad, es decir, ver en la diversidad evangélica nuestra fortaleza.

Las comunidades cristianas del primer siglo fueron pluriformes en sus énfasis teológicos. La teología de Juan es distinta a la de Pablo y a la de Pedro, sin que esto implique un distanciamiento en la fe de la iglesia primitiva. Como aquellas comunidades debemos reclamar teológicamente el distintivo kerigmático para ser identificados como iglesias cristianas evangélicas a pesar de los distintos énfasis doctrinales o sociales. Los énfasis políticos y sociales del cristianismo se dieron en el siglo III y todos conocemos los resultados de una época que desde el siglo V fue llamado como oscurantismo.

“Kerigma”, palabra que viene del Griego κήρυγμα que significa anunció o proclamación, tarea endilgada a la iglesia cristiana primitiva, vale destacar que el anuncio o proclamación dada era la del “evangelio” del griego εὐαγγέλιον  que significa buena nueva. La buena nueva del Mesías.

Por lo que desde la Teología y a manera de principio doctrinario una postura kerigmática es la que comprende la revelación del Mesías en el Antiguo Testamento, la que asume las enseñanzas de Jesús y sobre Él en los evangelios y en los escritos apostólicos. Estos principios doctrinales se los puede mirar en declaraciones históricas de gran trascendencia como los credos. El más destacado posiblemente el credo Niceno-Constantipolitano4.

Si nos queremos reconocer como comunidad evangélica sin distinciones denominaciones, validando la importancia de la denominación,  debemos reconocer el principio de identidad desde el Kerigma que es abarcativo de doctrinas de la cristiandad recogidas incluso en los artículos de Fe de la CEE  escritos como “Bases Teológicas”.

Podemos resumir que los principios doctrinales desde el Kerigma, se pueden resumir en el énfasis en la Palabra de Dios que es la generadora de la comunidad regenerada llamada Iglesia; en la Triunidad de Dios, manifestada en su palabra; en la obra expiatoria de Cristo en la cruz, en su presencia activa en la comunidad de creyentes pues resucitó y prometió que regresaría por su Iglesia; en la presencia del Espíritu Santo de manera activa en su iglesia.

A manera de cierre, vale mencionar que lamentablemente la iglesia evangélica está dejando de ser kerigmática, algunos sectores anuncian y proclaman temas de ideologías y posturas socio-políticas olvidando que el Kerigma es proclamar sobre las buenas nuevas en Jesús.  No es que la iglesia no deba tratar temas políticos, el problemas es que estos temas se los trate como doctrinas, no es que la iglesia no deba tratar sobre política, el problema es que la iglesia se convierta en plataforma política donde los interlocutores confundan posturas doctrinales con posturas sociales y políticas.

Si la iglesia evangélica (diversa, heterogénea y pluriforme) asume o recupera una doctrina kerigmática, debe desde esta postura de anuncio de las Buenas Nuevas en Jesús proponer acercamientos a temas sociales, políticos,  económicos donde el énfasis kerigmático no se pierda. Sin satanizar términos como ecumenismo, género, ecología, política, entre otros; debemos entender que el Kerigma no es un anuncio en contra de posturas diferentes que se encuentran en el mundo, sino un anuncio a favor de la vida, la esperanza, la fe en Cristo Jesús como redentor. La teología que recoja teologías emergentes puede y debería ser escuchada siempre y cuando tales teologías se fundamenten en el Kerigma. Los nuevos sujetos teológicos como: mujeres, afros, indígenas, pueblos oprimidos, agrupaciones LGBT, naturaleza explotada, etc. reclaman un renovado acercamiento teológico cercano a las realidades actuales.

Notas:

1. Ponencia solicitada al conmemorarse los 55 años de Aniversario de la Confraternidad Evangélica Ecuatoriana (CEE) como panelista invitado
2. Dietriech Bonhoeffer, es su tesis doctoral, “Sociología de la iglesia” desarrolla la idea de la socialidad  desde la dimensión filosófica de la relación de “yo” con el “tú”, y la comunidad original. La ética cristiana del yo, solo existe desde la percepción del otro, el “tú”.
3. Un argumento similar lo desarrolla John Stott en el libro “Identidad evangélica”, la cita pertenece al “Comentario a la Epístola de Pablo a los Gálatas” de Martín Lutero(1953, p.53)
4. El Concilio de Nicea fue convocado por Constantino en el año 324 d.C. desde una dimensión política contra las posturas teológicas de Arrió, en relación a la doctrina de la esencia de Jesús.  El Credo fue una respuesta profundamente Kerigmática y que se apegaba a la revelación neo-testamentaria. 

Sobre el autor:

Ronald Rivadeneira es Licenciado en Antropología Aplicada, Magister en Estudios Sociales con mención en Sociología. Es pastor Bautista desde hace 19 años, ex Decano del Seminario Bautista del Ecuador Facultad Quito. Actualmente es Presidente de la Asociación de Iglesias Bautistas de Pichincha y miembro del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista Ecuatoriana.


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