Es tan poderosa la llegada de este Reino, que la primera vez que aparece, explicado, no solo enunciado en el evangelio, aparece como la confrontación entre el bien y el mal. Mateo 12:28 dice: “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios”. Esto no es otra cosa que una declaración de guerra, no solo contra lo “malo”, aquel mal presente en el “líbranos del mal”, que Barth decía que es algo así como una maldad latente en el mundo. No es una “guerra espiritual” parecida a lo que nos venden ciertas tendencias espiritualistas de hoy. Es un enfrentamiento contra el mal endémico, subyacente a la sociedad y que se manifiesta en y desde la “injusticia”.
Dicho esto, pensé en crear una fórmula que nos pudiera asegurar donde hay y no hay “reino”. Una cosa sencilla, la verdad es que son solo 3 textos bíblicos puestos en “fórmula” y que desde mi punto de vista, serviría para saber cuando estamos frente al Reino de Dios.
Estos textos encriptados son: 1 Corintios 12 + Hechos 2:1 + Mateo 5:9 = Reino de Dios
Lo que quiere decir que el reino se compone de:
- Personas que han descubierto que estar en la iglesia implica “servir”, y que este servicio gozoso y alegre lleva el nombre de “dones y ministerios” según Pablo.
- Pero que este “servir” no se da en el vacío, sino que en la comunidad, de ahí el texto de Hechos 2. Porque solo donde están todos juntos y unidos, donde nadie se “cae del plato”, es donde se manifiesta el Espíritu Santo.
- Pero finalmente, este servir, en comunidad, no es nada, sino se manifiesta en la “pacificación” de la sociedad. Lo cual es traer la justicia de vuelta, no desde la retribución, sino desde el amor de Dios.
Son solo estas tres partes, las cuales unidas, pueden dar indefectiblemente como resultado, el “Reino de Dios”. La dinámica entonces siempre será: yo-nosotros-ellos.
Sobre el autor:
Hemir Ochoa, oriundo de Chile y esposo de Ana María Sandoval, es padre de tres hijos: Arel, Ignacia y Gabriel. Se desempeña como escritor, teólogo, músico y meditador, ejerciendo también como Ministro en la Federación Luterana Mundial. Formado en teología por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y la Comunidad Teológica de Santiago, ha ampliado su educación en el Seminario Teológico Bautista, el Seminario Unido de Teología de España y el Centro de Estudios Teológicos. Además, posee formación en Cábala Hebrea, lenguas clásicas como el Hebreo y Arameo, y prácticas de Meditación y Mindfulness, entre otras disciplinas.
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