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Por tanto, la evangelización requiere la participación de agentes humanos dispuestos a colaborar con el Espíritu Santo. Bryant Myers nos llama la atención a un patrón, un modelo de evangelización en el libro de los Hechos, que muestra que el anuncio del evangelio es a menudo “el segundo acto del relato” – la respuesta a preguntas suscitadas por algo que sucede, ej. Sermón de Pentecostés, Sermón a la puerta del templo de Jerusalén luego de la curación de un lisiado y Sermón de Esteban, respuesta a la acusación provocada por los milagros. En palabras de Myers “En cada caso se proclama el evangelio, no por intención o plan previo, sino en respuesta a una pregunta provocada por la actividad de Dios en la comunidad”. Hay una acción que exige explicación, y el evangelio es la explicación.
Debemos preguntarnos entonces, ¿hasta qué punto nuestras acciones provocan preguntas?
Para concluir, es comprensible la reacción contra lo que podríamos denominar un “celotismo cristiano” –el afán de convertir a la gente, sin respetar los tiempos del otro. Reafirmamos que no hay lugar para el proselitismo, ni la manipulación. Sin embargo, sin evangelización no hay misión integral.
Sobre el autor:
C. René Padilla es ecuatoriano, doctorado (PhD) en Nuevo Testamento por la Universidad de Manchester, fue Secretario General para América Latina de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos y, posteriormente, de la Fraternidad Teológica Latinoamericana (FTL). Ha dado conferencias y enseñado en seminarios y universidades en diferentes países de América Latina y alrededor del mundo. Actualmente es Presidente Honorario de la Fundación Kairós, en Buenos Aires, y coordinador de Ediciones Kairós.
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