Les animo a considerar y explorar las 5 propuestas desarrolladas a continuación:
1. El tiempo es un regalo de Dios. Él nos ha dado lo suficiente para vivir y andar en lo que él dispuso de antemano para nosotros. No somos dueños del tiempo ni es nuestro enemigo, es un recurso para ser usado sabiamente. Pensar esto de entrada nos ayuda a ubicarnos, y podemos entonces hacernos la siguiente pregunta:
a. ¿Cómo estás usando tu tiempo? Toma unos 10 minutos para escribir hora por hora un día “normal” de tu semana. Si todos los días se ven muy diferentes, hazlo con toda tu semana. La idea no es que plasmes lo ideal, sino la manera en REALMENTE estás usando tu tiempo. ¿En qué inviertes más horas o minutos?
b. Ahora, echemos un vistazo a Marcos 1 imaginándonos que estamos viendo un “día normal” en la vida de Jesús. ¿Qué te llama la atención? ¿en qué invierte Jesús el tiempo? ¿Qué es lo que parece marcar su rumbo?
c. Por último preguntarnos y orar: Usando el ejemplo de Jesús, ¿Mi prioridad es el Reino de Dios?
2. El concepto de tiempo para Dios es distinto al nuestro. Existe el tiempo “chronos” de lo que sucede cronológicamente, pero también el “kairós”, que es el tiempo oportuno.
a. ¿A qué me llama el Señor ahora? (para responder puede ayudarnos a reflexionar: Por dónde me ha llevado Dios en el pasado, que son aquellas cosas que me apasionan, dónde estoy el día de hoy y a qué me siento invitada por Dios…)
3. Las relaciones son muy importantes, pero son las más descuidadas ante la velocidad violenta de nuestra época.
a. ¿Quiénes son las personas a las que el Señor me invita a amar?
b. Tal vez damos por sentado que hay gente en nuestra vida, pero conforme pasa el tiempo debemos ser más intencional en cultivar relaciones de amistad con nuestra familia, compañeros de escuela, otros amigos.
La organización del tiempo y establecimiento de prioridades vienen después que reconocemos el momento de vida y lo que el Señor nos llama a hacer. Claro que sí somos estudiantes, debemos considerar cosas básicas como ir a la escuela, hacer tarea, leer, comer, dormir, etc… Recuerda que no somos máquinas, todos necesitamos divertirnos, hacer ejercicio y pasar tiempo con amigos.
a. Toma un tiempo para planear tu semana con horarios, esto puede ayudarte a organiza mejor tu tiempo. Ojo: no es una camisa de fuerza, pero puede servir como guía.
5. El descanso debe ser parte de nuestra vida y nuestra semana, sino lo planeamos, difícilmente sucederá por casualidad. Descansar es un mandato.
a. Este último punto es tal vez el mayor desafío para todos en una sociedad repleta de distracciones, enferma ante las múltiples ocupaciones y la violencia del activismo. Preguntémonos: ¿Estoy descansando? ¿Qué cosas me cansan? ¿Cuáles me descansan?
b. Práctica la disciplina del sabath, es decir, toma un día de descanso a la semana para hacer algo que te divierta, para estar con Dios, tu familia, tus amigos y para agradecer por la semana que pasó.
Sobre la autora:
Alejandra Ortiz es de Tijuana, México y comparte la vida con Abdiel y su hija Erandi. Estudió historia en Tijuana y Teología en Regent College en Canadá. Trabaja en la formación y discipulado de estudiantes, obreros y líderes en las fronteras de México-Estados Unidos.
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