Domingo 8 de septiembre de 2013
La biblia, la guerra y la paz
Salmo 1
Dichoso quien no sigue el consejo de los malvados,
ni en la senda de los pecadores se detiene,
ni en compañía de los necios se sienta,
sino que se complace en la ley del Señor
sobre la que reflexiona día y noche.
Es como un árbol plantado junto al arroyo:
da fruto a su tiempo y no se secan sus hojas;
consigue todo cuanto emprende.
No ocurre así a los malvados,
paja que el viento arrastra.
No vencerán los malvados en el juicio,
ni los pecadores en la asamblea de los justos
pues el Señor protege la senda de los justos
mientras la senda de los malvados se desvanece.
Buenos días, hermanos y hermanas. En República Dominicana conmemoramos el Mes de la Biblia en septiembre de cada año. En la mañana de hoy continuaremos el camino trazado desde el domingo pasado: abordando, cada domingo, temas de interés relacionados a la biblia.
Los y las bautistas sostenemos que la biblia y especialmente el Nuevo Testamento es nuestra guía de fe y práctica, y que ningún cuerpo heterónomo puede dictar las reglas de interpretación del texto fundamental —la biblia— al individuo: la interpretación final del texto permanece indefectiblemente definida como propiedad inalienable del individuo que no puede ser enajenada ni usurpada por nada ni por nadie. De modo que se afirma, en consecuencia, la competencia plena del individuo en materia de fe y práctica religiosa.
En las últimas semanas, día tras día leemos en los periódicos, que un fantasma recorre el mundo: el fantasma de la guerra. Nuevamente algunas naciones poderosas de nuestro mundo, al mando de Estados Unidos, están casi listas para invadir a Siria, mediante el alegato de que el Gobierno de aquel país ha utilizado armas químicas en contra de la población civil.
Nuevamente se repite la historia. En esta ocasión la historia se contradice a sí misma: un Premio Nobel de la Paz llamando a la guerra. En 2009, el Comité del Premio Nobel describía la motivación para otorgar tal distinción a Barack Obama, presidente de Estados Unidos con las siguientes palabras: “por sus esfuerzos extraordinarios para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos”. El énfasis con el que se le otorgó el premio radicó en “su apoyo, tanto en palabras como en hechos, por la visión de un mundo libre de armas nucleares”.
¡Qué motivación más contradictoria! Pues con la guerra sabemos que nada se logra, y que no habrá un mundo libre de armas nucleares mientras existan armas de fuego.
Así de contradictorias han sido las acciones de quienes han validado la guerra y el uso de acción militar usando la biblia como pretexto.
A raíz de la invasión a Irak en 2003, diversos ministerios evangélicos conservadores organizaron «jornadas de oración» durante las 24 horas del día, con el objetivo de «orar» por los soldados estadounidenses que estaban en el campo de guerra.
El teólogo Juan Stam cita uno de los tantos «boletines de oración» que se repartían en aquella ocasión, y que buscaban «dar cobertura espiritual a aquellos soldados»:
«Señor, ten nuestras tropas en tus manos amorosas.
Protégelas como ellas nos protegen.
Bendícelas a ellos y a sus familias
por las acciones altruistas que realizan
por nosotros en nuestro tiempo de necesidad.
Esto lo pido en el nombre de Jesús,
Nuestro Señor y Salvador. Amén».
Fíjense cómo esta oración irresponsable valida el proteger la vida a quienes matan vidas inocentes. Ni siquiera se preocupan por orar por aquellos y aquellas que van a sufrir tantos bombardeos y muertes. Todo esto es el resultado de una lectura fundamentalista de la biblia, por demás errada, acompañada de una mala teología y de una gran irresponsabilidad pastoral.
El entonces presidente George W. Bush fue muy conocido por su discurso religioso y por validar sus acciones con una interpretación guerrerista de la biblia, teniendo a Dios como el Guardián de las Tropas y a las naciones musulmanas como el «Eje del Mal», cayendo en un maniqueísmo biblicista para validar la acción armada.
Los resultados de la Guerra de Irak hasta el momento, dan cuenta de un desempleo que ha llegado al 50% en Irak, un trauma psicológico que afecta a dos de cada cinco iraquíes, una suma de más de 2 millones de jóvenes viudas. Un 75% de los niños han desertado de la actividad escolar y se ven expuestos en consecuencia a la prostitución y al trabajo esclavo. En los 9 años de guerra y ocupación 1.600.000 iraquíes fueron desplazados de sus hogares y 151.000 civiles fueron asesinados. En todo este resultado tuvo mucho que ver la férrea voluntad de un presidente irresponsable validada por un mal uso y manejo de los textos bíblicos usados en sus discursos y alocuciones.
El Salmo de hoy nos ofrece una comparación entre justos y malvados, propia de la literatura sapiencial. Mientras los gobernantes malvados del mundo tratan de justificar las guerras, mediante el alegato de salvar vidas; mientras ellos, con sus discursos y sus acciones tratan de obtener el favor de la población para semejantes operaciones militares, quienes creemos en la paz y en la noviolencia activa, así como en la resolución pacífica de conflictos, abogamos por la solución diplomática y por la erradicación de las armas bélicas, ya que ello ha traído muerte y pobreza a nuestro mundo.
En ese sentido, no nos acomodamos ni en nuestro propio conformismo, ni en el statu quo al que nos quieren llevar esas fuerzas guerreristas con el pretexto de buscar la paz a través de las operaciones militares.
El salmo nos anima a meditar día y noche en el mensaje de las Escrituras: un mensaje de paz para nuestro mundo. El profeta Amós llama la atención a las naciones que han cometido crímenes contra el derecho a la sobrevivencia y convivencia humanas, a través de la crueldad y la inhumanidad. La ley del Señor que evoca el salmo de hoy tiene mucho que ver con la justicia, la compasión y la buena convivencia entre los seres humanos.
Hermanos y hermanas: el justo pacifista y noviolento es comparado como un árbol junto al río. El estar junto al río le da fuerza al árbol, pues el agua es vital para su crecimiento. De la misma manera, meditar y orar las palabras de la biblia, y contemplar en consecuencia, nos ayuda a forjar en nosotros y nosotras una apuesta por una paz no conformista, que no se contenta solamente con la ausencia de conflicto, sino que trabaja constantemente a favor de una paz que perdura en el tiempo.
Que Dios nos ayude a ser agentes activos y activas de la paz y a no conformarnos en la comodidad de nuestros espacios.
Hoy oremos por el pueblo sirio, que ya ha sufrido más de 100,000 personas muertas, para que esta guerra declarada se anule.
Amén.
- “Barack H. Obama – Facts”. Nobelprize.org. Nobel Media AB 2013. Web. 8 Sep 2013.
- Carrasco, Pedro Enrique. Autonomía, fundamento de una identidad bautista: lectura crítica de las nociones de tradición, confesión de fe e identidad. Congreso de Relectura de la Tradición Bautista en América Latina. San José, Costa Rica, 1986.
- Gutiérrez, Ángel Luis. La adoración en la iglesia bautista. Mimeo.
Sobre el autor:
Natanael Disla es dominicano. Tiene una Licenciatura en Administración de Empresas y es estudiante de Licenciatura en Teología en el Seminario Bautista de República Dominicana.
Natanael es miembro y Coordinador del Núcleo Local de la FTL
Sitio Web de Natanael: Karmatarsis
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Natanael Disla es dominicano. Tiene una Licenciatura en Administración de Empresas y es estudiante de Licenciatura en Teología en el Seminario Bautista de República Dominicana.
Natanael es miembro y Coordinador del Núcleo Local de la FTL
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