Ser joven e identificarse como evangélico puede ser un completo suicidio para cualquier tipo de relación social fuera de nuestras Iglesias, al parecer no hay nada más pasado de moda e iluso que decir “soy Evangélico”, basta que en los medios de comunicación hagan alusión a la Iglesia Evangélica para que empiece un mar de “Trolleos”, que somos conservadores, homofóbicos, ignorantes, dualistas, machistas y todos los “atributos” que puede tener un creyente que le exigían pagar indulgencias en la edad media. En fin, estamos lejos de ser criticados por ser buscadores y hacedores de justicia, nos critican por ser una Iglesia indolente a lo que pasa por frente de nuestras narices.
No obstante, siempre hay valiosas excepciones, muchos jóvenes que han visto en el Evangelio una propuesta de vida y de buena noticia para la humanidad, es posible creer, que se pueden generar alternativas de transformación desde y con nuestras Iglesias aunque muy duro y difícil se vea, constituir una fuerza generacional que levante propuestas de cambios tanto en nuestras Iglesias como en nuestra sociedad, con un alto valor por el testimonio de Jesús con sus iguales y la proclamación del Reino de Dios y su justicia, creo que nuestra generación tiene desafíos particulares que no debemos seguir mirando con indiferencia. Lamentablemente muchas de nuestras Iglesias encerradas en sus cuatro paredes, se encuentran respondiendo preguntas que nunca hemos hecho y evadiendo las que si estamos preguntando. Nuestra generación, tal como fue la generación de nuestros padres, son generaciones diferentes y eso no lo logran entender.
Es en este sentido que me anime a escribir estas breves líneas, que sólo intentan provocar la atención de aquellas y aquellos que en sus corazones se sienten impulsados soñar, pensar y vivir en otras iglesias y otros mundos posibles. Cinco mociones, donde comparto algunas inquietudes personales que las he ido sociabilizando con el tiempo con amigas y amigos, compañeras y compañeros del camino, las cuales propongo considerar en nuestras agendas como jóvenes evangélicas y evangélicos en el año 2013.
I. El próximo año se conmemorará 40 años del Golpe Militar, creo importantísimo tener en consideración este espacio por tres motivos: Uno porque es un deber moral estar con quienes sufren y nuestra historia reciente esta bañada de victimas que hasta el día de hoy buscan justicia. Dos, debemos considerar que un sector importante de la Iglesias Evangélicas respaldo a un gobierno dictatorial y asesino, legitimizando con la peor producción de subjetividades de sometimiento e indolencia, en un contexto donde algunos poderes de las Iglesias buscaban un “Reconocimiento” el cual nunca llegó a realizarse y tercero, porque también hubieron evangélicas y evangélicos comprometidos con la defensa de los Derechos Humanos, generando espacios de protección pagando un alto precio por este tipo de acciones, muy poco valoradas.
II. El Movimiento Estudiantil, a logrado tornarse en un movimiento no tan sólo de marchas sino de “cambios de Chip”, la lucha que las y los estudiantes han realizado, ha logrado formar en nuestra sociedad una masa critica en torno a cuestionar el sistema socio-económico, que fomenta la competencia, el individualismo y la desigualdad social, haciendo al rico más rico y al pobre cada vez más empobrecido con las deudas. Las y los jóvenes de nuestras Iglesias no han estado al margen de este importante avance, por ende reforzar espacios de diálogos y promoviendo el ver, juzgar y actuar en nuestras prácticas como creyentes. Que lindo seria que en vez de cantar siete o diez canciones de Hillsong, se podría generar una conversación horizontal de las realidades de las y los jóvenes en sus distintos espacios donde estos se encuentran.
III. El Cuidado del Ambiente, no tan sólo la ciudadanía a contestado con fuerzas por el tema de la Educación, sino también por el cuidado del ambiente, en Chile aun gozamos de lindos lugares donde se puede respirar “aire puro” tan extraño para quienes vivimos en Santiago, pero hemos omitido en nuestros sermones hablar de lo creado como un espacio revelado por el Creador, hemos mirado con desprecio la vida que habita en lo no humano, desde el cuidado de un animal como la defensa del agua, sino es nuestra generación quien defienda el lugar donde co-existimos entonces no tan sólo nosotros moriremos, sino que lo destruiremos todo.
IV. El Dialogo Interreligioso, principalmente con las diversas comunidades indígenas que fueron avasalladas con la colonización, con un discurso religioso criminal y déspota. Hoy las luchas se dan por una reivindicación histórica de más de quinientos años de violencia y abuso de poder, considero vital un dialogo donde nuestras diversas expresiones religiosas puedan converger en relación a la justicia que se le a negado a nuestros pueblos originarios. Como también posibilitar diálogos de paz con otras expresiones religiosas que habitamos en el mismo territorio.
V. Finalmente la Violencia de Género, tema de mayor resistencia para muchas jerarquías de nuestras Iglesias que ven en el Patriarcado su posición inamovible del poder, es tiempo de parar la censura a temas que necesitan ser abordados, desde la ordenación de mujeres, la diversidad sexual, la violencia domestica, el aborto, etc. ¿Que temor hay de abrir espacios de reflexión en torno a estas temáticas? en tanto hoy las ciencias sociales no facilitan recursos para para resolverlos mucho más preparado de lo que se podía dar generaciones anteriores. Todas las personas cual sea su identidad de género u orientación sexual en nuestras Iglesias merecen espacios de completa inclusión, igualitarios y de respeto.
Dentro de las movilizaciones por la Educación de este año, un grupo de jóvenes de Valparaíso sostenían un lienzo cuya consiga era: ¿Qué haría Cristo en mi Lugar? Es la pregunta que he intentado responder, no me imagino a Jesús lejos de estas proclamas, sino comprometido completamente con los desafíos, sociales, culturales y políticos de su generación.
¡Memoria y justicia!¡Educación gratuita y de calidad!¡No más abuso ambiental, ni animal! ¡Reivindicación de nuestros pueblos! ¡No más violencia de Género!
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. (Juan 10:10)
Sobre el autor: El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. (Juan 10:10)
Josaphat Jarpa,es chileno. Estudiante de Teología en la Comunidad Teológica Evangélica de Chile, Estudiante de Psicología en la UBO. Participa del Colectivo Jóvenes por la Igualdad de Género.
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