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1ª Pedro: llamados a anunciar

VOCES DE FE: Magazine dominical

Cuando abrimos por primera vez la Carta de Pedro, se nos viene a la mente aquel discípulo que fue uno de los primeros en hablar. Pedro siempre tomaba decisiones temerarias como ir rumbo a Jesús caminando sobre el agua en medio de una tormenta.

Pero para el momento en que Pedro escribió esta carta los convertidos de las primeras iglesias ya tenían grandes persecuciones. Pedro hace un llamado a tener una vida en unión con el Señor, testificando del evangelio con la vida toda y especialmente con las palabras.

Capítulo 1: ¿Cuánto valor tiene nuestra comunicación?

En el primer capítulo se nos habla de la esperanza viva que tenemos al nacer de nuevo, conociendo nuestra herencia. También nos habla del amor y el gozo que poseemos los que confiamos en el Señor.

La hierba se seca y la flor se cae, pero la palabra del Señor permanece para siempre (1.24) y recibimos las buenas noticias de Jesucristo, el evangelio (1.25).  El apóstol pareciera poner su énfasis en que debiéramos hablar más de Cristo y menos de nosotros.

En el primer capítulo se compara la vida del creyente con el oro refinado (1.6-7), y más adelante señala que la sangre de Jesucristo es más valiosa que el oro (1.18-19). Aquí podemos preguntarnos, cuándo hablamos ¿a qué cosas damos más valor?

Capítulo 2: Comunicando como hijos del Rey

En el capítulo 2 Pedro presenta varios aspectos relacionados a la comunicación.Nos habla de abandonar la maldad, el engaño, hipocresía, envidias, y calumnias.

Luego Pedro usa la metáfora de Jesucristo como Piedra: Piedra Viva, Piedra escogida, Piedra preciosa, Piedra angular (2.4-8). Referente a los creyentes él nos llama: “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios” pero esta descripción va acompañada del llamado a “anunciar o proclamar las obras maravillosas de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable” (2.9)

A partir de 2.10 desarrolla una «teología del pueblo de Dios” y sus implicancias en nuestras vidas y en nuestra comunicación.

El autor habla de la misericordia de Dios, y por tanto debemos comunicar misericordia (2.10); Vivimos como peregrinos y extranjeros (2.11). Quizá esto debiera reflejarse en nuestra comunicación; estamos aquí, pero no somos de aquí; vivimos aquí pero no amontonamos cosas como si viviéramos eternamente aquí.

También debemos considerar que no nos llama a ser “un pequeño pueblo muy feliz” ni a tener un lenguaje inentendible para el resto de la gente. Ya veremos esto un poco más adelante.

Pedro habla de practicar el bien, el servicio, el respeto, la responsabilidad e incluso debemos aceptar si nos toca pasar por sufrimientos (2.13-25)

“Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que confiaba en aquel que juzga con justicia”. (2.23). 

Capítulo 3: Comunicando la razón de nuestra fe

En el capítulo 3 se nos llama a ser coherentes en nuestras palabras: Amor, Integridad y respeto, teniendo un espíritu suave y apacible, con actitudes de respeto, compartiendo penas y alegrías, compasivos y humildes; todo esto dentro de casa como fuera de casa; dentro de la iglesia y fuera de la iglesia (templo).

El que quiere una vida feliz “que refrene su lengua de hablar el mal y de proferir engaños” (3.10). Este versículo nos hace un llamado a ser y a hacer pacificadores. En este mundo de conflictos Dios te llama a ser un pacificador.

Algo importante es no olvidar el texto 3.15. Antes casi cada creyente lo sabía de memoria:

“Estemos preparados para responder a todo el que nos pida razón de nuestra esperanza

Hay una breve descripción de la comunicación de Jesús con sus perseguidores:

“Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia” (3.23)

Y en los versículos 24 y 25 hay una bella metáfora de ovejas perdidas que encuentran a su Pastor que nos recuerdan al Salmo 23 y a la parábola de la oveja perdida.

Capítulos 4 y 5: Comunicándonos con el lenguaje de Jesucristo.

Finalizando su primera carta Pedro nos llama a vivir siguiendo el ejemplo de Cristo:

Sirviendo como Cristo,  Amando como Cristo, Conversando como Cristo, Siendo veraces como Cristo, Teniendo alegría frente a las pruebas como Cristo, Teniendo dominio propio como Cristo, Llenos de gracia y firmes en  la fe como Cristo.

Toda nuestra comunicación debe seguir el ejemplo de Cristo. No siempre podemos manejar nuestras emociones cuando nos sube la adrenalina, pero busquemos en humildad, reflejar con nuestras palabras el carácter de Cristo. 

Bendiciones y ¡hasta la próxima! 

Para estudio complementario:

Estudio Inductivo de 1 Pedro

Comentario de 1 Pedro

Resumen de 1 Pedro: un panorama completo animado (video)

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